miércoles, 27 de agosto de 2008

REVISTA SESAM – Nº 82

15 de agosto de 2008

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Sumario de hoy:

Textos pequeños de grandes autores:

Narrativa

Roberto Arlt. "El humillado" (de Los siete locos).

León Tolstoi: "Demasiado caro". Biografía y listado de obras del autor.

Poesía

Olga Orozco.

¿Cuánto recordamos de literatura?

Biblia. Del llamado Antiguo Testamento.

Cuatro tragedias, pero una historia parecida: "Electra" y "Hamlet". Respuestas a las preguntas de REVISTA SESAM Nº 81.

Cultura Popular: Cátulo Castillo. Biografía y dos de sus obras.

Ensayo: Roberto Arlt y la Biblia del Infierno, de Agustín Romano.

Diálogos: con Jorge Sombra. Su cuento "Luna mataluna".

Dudas y errores gramaticales y ortográficos.

Información de concursos.

II Certamen Internacional de Cuento "Jorge Luis Borges - 2008" (por email) de la REVISTA SESAM. Vence el 30/11/08. NUEVO CERTAMEN.

I Certamen Internacional de Cuento "Jorge Luis Borges - 2007" (por email) de la REVISTA SESAM. Obras distinguidas con mención.

Concurso Literario Nacional 2008 "Prof. Julio Arístides" (Poesía) de la Comisión de Cultura de la Casa y Mutual Universitaria de General San Martín. Vence el 15/9/08.

XV Concurso de Cuento y Poesía "Leopoldo Marechal" - Año 2008 de la Dirección de Arte y Cultura del Municipio de Morón. Cuento y Poesía. Vence el 15/9/08.

Honorarte. Certamen Internacional "Letras de Oro" – Año 2008. Cuento y Poesía. Vence el 30/9/08.

Otros concursos.

Novedades institucionales:

Noche de la cultura.

Café Literario SESAM.

Reuniones de Comisión Directiva.

Enlaces:

Información de entidades amigas.

Desde nuestras páginas web. Programas de radio.

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Agradecimientos.




TEXTOS PEQUEÑOS DE GRANDES AUTORES


NARRATIVA






EL HUMILLADO

(de Los siete locos)

de Roberto Arlt


Selección de Agustín Romano ©


A las ocho de la noche llegó a su casa.

–El comedor estaba iluminado... Pero expliquémonos –contaba más tarde Erdosain–, mi esposa y yo habíamos sufrido tanta miseria, que el llamado comedor consistía en un cuarto vacío de muebles. La otra pieza hacía de dormitorio. Usted me dirá cómo siendo pobres alquilábamos una casa, pero éste era un antojo de mi esposa, que recordando tiempos mejores, no se avenía a no "tener armado" su hogar.

"En el comedor no había más mueble que una mesa de pino. En un rincón colgaban de un alambre nuestras ropas, y otro ángulo estaba ocupado por un baúl con conteras de lata y que producía una sensación de vida nómade que terminaría con un viaje definitivo. Más tarde, cuántas veces he pensado en 'la sensación de viaje' que aquel baúl barato, estibado en un rincón, lanzaba a mi tristeza de hombre que se sabe al margen de la cárcel.

"Como le contaba, el comedor estaba iluminado. Al abrir la puerta me detuve. Aguardábame mi esposa, vestida para salir, sentada junto a la mesa. Un tul negro cubría hasta el mentón su carita sonrosada. A su derecha, junto a los pies, estaba una valija, y al otro lado de la mesa un hombre se puso de pie cuando yo entré, mejor dicho, cuando la sorpresa me detuvo en el umbral.

"Así permanecimos los tres un segundo... El capitán de pie, con una mano apoyada en la tabla de la mesa y otra en la empuñadura de la espada, mi esposa con la cabeza inclinada, y yo frente a ellos, olvidados los dedos en el canto de la puerta. Aquel segundo me fue suficiente para no olvidar más al otro hombre. Era grande, de reciedumbre atlética dentro de la tela verde del uniforme. Al apartar los ojos de mi esposa, su mirada recobró una dureza curiosa. No exagero si digo que me examinaba con insolencia, como a un inferior. Yo continué mirándolo. Su grandor físico contrastaba con la ovalada pequeñez de su rostro, con la delicadeza de la fina nariz y la austeridad de sus labios apretados. En el pecho llevaba la insignia de piloto aviador.

"Mis primeras palabras fueron:

"–¿Qué pasa aquí?

"–El señor... –mas avergonzándose, se corrigió–. Remo –dijo llamándome por mi nombre–, Remo, yo no voy a vivir más con vos."

Erdosain no tuvo tiempo de temblar. El capitán tomó la palabra:

–Su esposa, a quien he conocido hace un tiempo...

–¿Y dónde la conoció usted?

–¿Por qué preguntas esas cosas? –interrumpió Elsa.

–Sí, cierto –objetó el capitán–. Usted comprenderá que ciertas cosas no deben preguntarse...

Erdosain se ruborizó.

–Quizá usted tenga razón... disculpe...

–Y como usted no ganaba para mantenerla...

Apretando el cabo del revólver en el bolsillo de su pantalón, Erdosain miró al capitán. Luego, involuntariamente, sonrió pensando que nada tenía que temer, ya que podía matarlo.

–No creo que pueda causarle gracia lo que le digo.

–No; sonreía de una ocurrencia estúpida... ¿Así que también le contó eso?

–Sí, y además me habló de usted como de un genio en desgracia...

–Hablamos de tus inventos...

–Sí... de su proyecto de metalizar las flores...

–¿Por qué te vas, entonces?

–Estoy cansada, Remo.

Erdosain sintió que el furor le encrespaba la boca en malas palabras. La hubiera insultado, mas al pensar que el otro podía aplastarle la cara a puñetazos retuvo la injuria, replicando:

–Vos siempre estuviste cansada. En tu casa estabas cansada... aquí... allá... también allá en la montaña... ¿te acordás?

No sabiendo qué responder, Elsa inclinó la cabeza.

–Cansada... ¿qué es lo que tenés cansada vos...? Y todas están cansadas, no sé por qué... pero están cansadas... Usted, capitán, ¿no está cansado también?

El intruso lo observó largamente.

–¿Y qué entiende usted por cansancio?

–El aburrimiento, la angustia... ¿no se ha fijado usted que éstos parecen los tiempos de tribulación de que habla la Biblia? Así los nombra un amigo mío que se ha casado con una coja. La coja es la ramera de las Escrituras...

–Nunca me di cuenta de eso.

–En cambio yo sí. A usted le parecerá extraño que le hable de sufrimientos en estas circunstancias... pero es así... los hombres están tan tristes que tienen necesidad de ser humillados por alguien.

–Yo no veo tal cosa.

–Claro, usted con su sueldo... ¿Qué sueldo gana usted? ¿Quinientos?

–Más o menos.

–Claro, con ese sueldo es lógico...

–¿Qué es lógico?

–Que no sienta su servidumbre.

El capitán detuvo una mirada severa en Erdosain.

–Germán, no le haga caso –interrumpió Elsa–. Remo está siempre con esa historia de la angustia.

–¿Es cierto?

–Sí... ella, en cambio, cree en la felicidad, en el sentido de "eterna felicidad" que estaría en su vida si pudiera pasar los días entre fiestas...

–Detesto la miseria.

–Claro, porque vos no crees en la miseria... la horrible miseria está en nosotros, es la miseria de adentro... del alma que nos cala los huesos como la sífilis.

Callaron. El capitán, ostensiblemente aburrido, examinaba sus uñas, cuidadosamente lustradas.

Elsa miraba fijamente tras los rombos del velo, el semblante demacrado de aquel esposo que tanto quisiera un día, en tanto que Erdosain se preguntaba por qué existía en él un vacío tan inmenso, vacío en el que su conciencia se disolvía sin acertar con palabras que ladraran su pena de un modo eterno.

De pronto el capitán levantó la cabeza.

–¿Y cómo piensa usted metalizar sus flores?

–Fácilmente... Se toma una rosa, por ejemplo, y se la sumerge en una solución de nitrato de plata disuelto en alcohol. Luego se coloca la flor a la luz que reduce el nitrato a plata metálica, quedando de consiguiente la rosa cubierta de una finísima película metálica, conductora de corriente. Luego se trata por el común procedimiento galvanoplastia" del cabreado... y, naturalmente, la flor queda convertida en una rosa de cobre. Tendría muchas aplicaciones.

–La idea es original.

–¿No le decía yo, Germán, que Remo tiene talento?

–Lo creo.

–Sí, puede ser que tenga talento, pero me falta vida... entusiasmo... algo que sea como un sueño extraordinario... una mentira grande que empuje la realización... pero, hablando de todo un poco, ¿esperan ustedes ser felices?

–Sí.

Otra vez sobrevino el silencio. En torno de la lámpara amarilla los tres semblantes parecían tres mascarillas de cera. Erdosain sabía que dentro de breves instantes todo terminaría y escarbando en su angustia, le preguntó al capitán:

–¿Por qué vino usted a mi casa?

El otro vaciló, después:

–Tenía interés en conocerlo.

–¿Le parecía divertido?

–No... le juro que no.

–¿Y entonces?

–Curiosidad de conocerlo. Su esposa me habló mucho de usted en estos últimos tiempos. Además, nunca imaginé encontrarme en una situación semejante... en realidad, no podría explicarme por qué he venido.

–¿Ha visto usted? Hay cosas inexplicables. Yo, desde hace un rato, trato de explicarme por qué no lo mato de un tiro teniendo el revólver aquí, en el bolsillo.

Elsa levantó la cabeza hacia Erdosain, que estaba a la cabecera de la mesa... El capitán preguntó:

–¿Qué es lo que lo contiene?

–En verdad, no sé... o... sí, tengo la seguridad de que es por esto. Creo que en el corazón de cada uno de nosotros hay una longitud de destino. Es como una adivinación de las cosas por intermedio de un misterioso instinto. Lo que ahora me sucede, lo siento comprendido en esa longitud de destino... algo así como si lo hubiera visto ya... no sé en qué parte.

–¿Cómo?

–¿Qué decís?

–No era porque vos me dieras motivo... no... ya te digo... una certidumbre remota.

–No lo entiendo.

–Yo sí me entiendo. Vea, es así. De pronto a uno se le ocurre que tienen que sucederle determinadas cosas en la vida... para que la vida se transforme y se haga nueva.

–¿Y vos?

–¿Usted cree que su vida?

Erdosain, desentendiéndose de la pregunta, continuó:

–Y lo de ahora no me extraña. Si usted me dijera que fuese a comprarle un paquete de cigarrillos, a propósito, ¿tiene un cigarrillo usted?

–Sírvase... ¿y luego?

–No sé. En estos últimos tiempos he vivido incoherentemente... aturdido por la angustia. Ya ve con qué tranquilidad converso con usted.

–Sí, siempre esperó él algo extraordinario.

–Y vos también.

–¿Cómo? ¿Usted, Elsa, también?

–Sí.

–¿Pero usted?

–Siga, capitán, yo lo entiendo. Usted quiere decir que lo extraordinario de Elsa está ocurriendo ahora, ¿no?

–Sí.

–Pues está equivocado, ¿no es cierto, Elsa?

–¿Vos crees?

–Decí la verdad, vos esperas algo extraordinario que no es esto, ¿no?

–No sé.

–¿Ha visto, capitán? Siempre fue ésa nuestra vida. Estábamos los dos en silencio junto a esta mesa...

–Callate.

–¿Para qué? Estábamos sentados y comprendíamos sin decirnos, lo que éramos, dos desdichados, de un desigual deseo. Y cuando nos acostábamos...

–¡Remo!

–¡Señor Erdosain!

–Déjense de aspavientos ridículos... ¿no se van a acostar ustedes acaso?

–De esta forma no podemos seguir hablando.

–Bueno, y cuando nos separábamos teníamos esta idea semejante: ¿y el placer de la vida y del amor consiste en esto?... Y sin decir nada comprendíamos que pensábamos en lo mismo... mas cambiando de tema... ¿piensan ustedes quedarse aquí en la ciudad?

Súbitamente Erdosain tuvo la fría sensación del viaje.

Le pareció verla a Elsa en el pasamano, bajo la hilera de vidriosos ojos de buey, contemplando el hilo azul de la distancia. El sol caía en los amarillos trinquetes de los mástiles y en los aguilones negros de los guinches. Atardecía, pero ellos permanecían con el pensamiento fijo en otros climas, a la sombra de las camareras, apoyados en la pasarela blanca. El viento soplaba yodado en las olas y Elsa miraba las aguas a través de cuyo enrejado cambiante se animaba su sombra.

Por momentos volvía la carita empalidecida y entonces ambos parecían escuchar un reproche que subía de lo profundo del mar.

Y Erdosain se imaginaba que les decía:

–¿Qué hicieron del pobre muchachito? ("Porque yo, a pesar de mi edad, era como un muchacho –decíame más tarde Remo–. ¿Usted comprende, un hombre que se deja llevar la mujer en sus barbas... es un desgraciado... es como un muchacho, comprende usted?")

Erdosain se apartó de la alucinación. Aquella pregunta que le surgió, estaba ahondada contra su voluntad en él.

–¿Me vas a escribir?

–¿Para qué?

–Sí, claro, ¿para qué? –repitió cerrando los ojos. Sentíase ahora más que nunca caído en una profundidad no soñada por hombre alguno.

–Bueno, señor Erdosain –y el capitán se levantó–, nosotros nos retiramos.

–¡Ah, se van!... ¿Se van ya?

Elsa le tendió su mano enguantada.

–¿Te vas?

–Sí... me voy... comprendes que...

–Si... comprendo.

–No podía ser, Remo.

–Sí, claro... no podía ser... claro...

El capitán describiendo un círculo en torno de la mesa, cogió la valija, la misma valija que Elsa trajo el día de su casamiento.

–Señor Erdosain, adiós.

–A sus órdenes, capitán... pero una cosa... ¿se van... vos, Elsa...vos te vas?

–Sí, nos vamos.

–Permiso, me voy a sentar. Permítame un momento, capitán... un momentito.

El intruso reprimió palabras de impaciencia. Tenía unos brutales deseos de gritar a ese marido:

"¡A ver, firme, imbécil", mas por consideración a Elsa se retuvo.

De pronto Erdosain abandonó la silla. Con lentitud fue hasta un rincón del cuarto.

Luego, volviéndose bruscamente al capitán, dijo con voz muy clara, en la que se adivinaba el contenido deseo de que fuera suave:

–¿Sabe usted por qué no lo mato como a un perro?

Los otros se volvieron alarmados.

–Pues porque estoy en frío.

Ahora Erdosain caminaba de un lado a otro de la habitación, con las manos cruzadas a la espalda.

Ellos lo observaban, esperando algo.

Por fin, el marido, sonriendo con un gesto, esguince pálido, continuó suavemente, languidecida su voz en una desesperación de sollozo retenido:

–Sí, estaba en frío... estoy en frío. –Ahora su mirada se había tornado vaga, pero sonreía con la misma sonrisa, extraña, alucinada–. Escúchenme... esto no tendrá explicación para ustedes, pero yo sí le he encontrado la explicación.

Sus ojos brillaban extraordinariamente y su voz enronqueció a través del esfuerzo que hizo por hablar.

–Vean... mi vida ha sido horriblemente ofendida... horriblemente magullada.

Calló, deteniéndose en un ángulo de la pieza. En su rostro se mantenía la sonrisa extraña del hombre que está viviendo un sueño peligroso. Elsa, repentinamente irritada, mordía la punta de su pañuelo. El capitán, de pie, junto a la valija, aguardaba.

De pronto Erdosain sacó el revólver del bolsillo y lo arrojó a un rincón. La "Browning" desconchó el revoque del muro, golpeando pesadamente en el suelo.

–¡Para lo que sirve este trasto! –murmuró. Luego, con una mano en el bolsillo del saco y la sien apoyada en el muro, habló despacio–: Sí, mi vida ha sido horriblemente ofendida... humillada. Créalo, capitán. No se impaciente. Le voy a contar algo. Quien comenzó este feroz trabajo de humillación fue mi padre. Cuando yo tenía diez años y había cometido alguna falta, me decía: "Mañana te pegaré".

Siempre era así, mañana... ¿Se dan cuenta?, mañana... Y esa noche dormía, pero dormía mal, con un sueño de perro, despertándome a media noche para mirar asustado los vidrios de la ventana y ver si ya era de día, mas cuando la luna cortaba de barrote del ventanillo, cerraba los ojos, diciéndome: falta mucho tiempo. Más tarde me despertaba otra vez, al sentir el canto de los gallos. La luna ya no estaba allí, pero una claridad azulada entraba por los cristales, y entonces yo me tapaba la cabeza con las sábanas para no mirarla, aunque sabía que estaba allí... aunque sabía que no había fuerza humana que pudiera echarla a esa claridad. Y cuando al fin me había dormido para mucho tiempo, una mano me sacudía la cabeza en la almohada. Era él que me decía con voz áspera: "Vamos... es hora". Y mientras yo me vestía lentamente, sentía que en el patio ese hombre movía la silla. "Vamos", me gritaba otra vez, y yo, hipnotizado, iba en línea en línea recta hacia él: quería hablar, pero eso era imposible ante su espantosa mirada. Caía su mano sobre mi hombro obligándome a arrodillarme, yo apoyaba el pecho en el asiento de la silla, tomaba mi cabeza entre sus rodillas y, de pronto, crueles latigazos me cruzaban las nalgas. Cuando me soltaba, corría llorando a mi cuarto. Una vergüenza enorme me hundía el alma en las tinieblas. Porque las tinieblas existen aunque usted no lo crea.

Elsa miraba sobresaltada a su esposo. El capitán, de pie, cruzados los brazos, escuchaba aburrido. Erdosain sonreía con vaguedad. Continuó:

–Yo sabía que a la mayoría de los chicos los padres no les pegaban y en la escuela, cuando les oía hablar de sus casas, me paralizaba una angustia tan atroz que si estábamos en clase y el maestro me llamaba, yo lo miraba atontado, sin darme cuenta del sentido de sus preguntas, hasta que un día me gritó: "¿Pero usted, Erdosain, es un imbécil que no me oye?" Toda la clase se echó a reír, y desde ese día me llamaron Erdosain "el imbécil". Y yo, más triste, sintiéndome más ofendido que nunca, callaba por temor a los latigazos de mi padre, sonriendo a los que me insultaban... pero tímidamente. ¿Se da cuenta, capitán? Lo insultan a usted... y usted todavía sonríe tímidamente, como si le hicieran un favor al injuriarlo.

El intruso frunció el ceño.

–Más tarde –permítame, capitán–, más tarde me llamaron muchas veces "el imbécil". Entonces súbitamente el alma se me recogía a lo largo de los nervios, y esa sensación de que el alma se escondía avergonzada dentro de mi misma carne, me aniquilaba todo coraje; sintiendo que me hundía cada vez más y mirando a los ojos al que me injuriaba, en vez de tumbarlo de una cachetada, me decía: ¿Se dará cuenta este hombre hasta que punto me humilla? Luego me iba; comprendía que los otros no hacían más que terminar lo que había comenzado mi padre.

–Y ahora –repuso el capitán– ¿yo también lo hundo?

–No, hombre, usted no. Naturalmente, he sufrido tanto, que ahora el coraje está en mi encogido, escondido. Yo soy mi espectador y me pregunto: ¿Cuándo saltará mi coraje? Y ése es el acontecimiento que espero. Algún día algo monstruosamente estallará en mí y yo me convertiré en otro hombre. Entonces, si usted vive, iré a buscarle y le escupiré en la cara.

El intruso lo miró sereno.

–Pero no por odio, sino para jugar con mi coraje, que me parecerá la cosa más nueva del mundo... Ahora, puede usted retirarse.

El intruso vaciló un instante. La mirada de Erdosain, intensamente agrandada, estaba fija en él. Tomó la valija y salió.

Elsa se detuvo temblorosa ante su esposo.

–Bueno, me voy, Remo... era necesario que esto terminara así.

–Pero, ¿tú?... ¿tú?...

–¿Y qué querías que hiciese?

–No sé.

–¿Y entonces? Quédate tranquilo, te pido. Ya te dejé la ropa preparada. Cambiate el cuello. 1 Siempre le haces pasar vergüenza a una.

–Pero tú, Elsa... ¿tú? ¿Y nuestros proyectos?

–Ilusiones, Remo... esplendores.

–Sí, esplendores... pero ¿dónde aprendiste esa palabra tan linda? Esplendores.

–No sé.

–¿Y nuestra vida quedará siempre deshecha?

–¿Qué querés? Sin embargo yo fui buena. Después te tomé odio... pero ¿por qué no fuiste también igual?...

–¡Ah!,sí... igual... igual...

Lo aturdía la pena como un gran día de sol en el trópico. Se le caían los párpados. Hubiera querido dormir. El sentido de las palabras se hundía en su entendimiento con la lentitud de una piedra en un agua demasiado espesa. Cuando la palabra tocaba en el fondo de su conciencia, fuerzas oscuras retorcían su angustia. Y durante un instante, en el fondo de su pecho, quedaban flotando y estremecidas como en el fangal de un charco, sus hierbajos de sufrimiento. Ella continuó con la voz apaciguada por una resignación interior:

–Ahora es inútil... ahora yo me voy. ¿Por qué no fuiste bueno vos? ¿Por qué no trabajaste?

Erdosain tuvo la certidumbre como él, y una piedad inmensa lo hizo caer al borde de la silla, aplastada la cabeza sobre el brazo estirado en la mesa.

–¿Así que te vas? ¿De veras que te vas?

–Sí, quiero ver si nuestra vida mejora, ¿sabes? Mira mis manos –y desenguantando la diestra la presentó magullada por los fríos, mordida por las lejías, picoteada por las agujas de la costura, oscurecida por el hollín de las cacerolas.

Erdosain se levantó, envarado por una alucinación.

Veía a su desdichada esposa en los tumultos monstruosos de las ciudades de portland y de hierro, cruzando diagonales oscuras a la oblicua sobra de los rascacielos bajo una amenazadora red de negros cables de alta tensión. Pasaba una multitud de hombres de negocios protegidos por paraguas. Su carita estaba más pálida que nunca, pero ella lo recordaba mientras el aliento de los desconocidos se cortaba en su perfil.

"–¿Dónde estará mi muchachito?"

Erdosain interrumpió su proyección de futuro:

–Elsa... ya sabes... vení cuando quieras... podes venir... pero decí la verdad, ¿me quisiste alguna vez?

Despaciosamente levantó ella los párpados. Sus pupilas se agrandaron. La voz llenaba el cuarto de calidez humana. A Erdosain le parecía vivir ahora.

–Siempre te quise... ahora también te quiero... nunca, ¿por qué nunca hablaste como esta noche?

Siento que te voy a querer toda la vida... que el otro a tu lado es la sombra de un hombre...

–Alma, mi pobre alma... qué vida la nuestra... qué vida...

Un rizo de sonrisa encrespó dolorosamente los labios de ella. Elsa lo miró ardientemente un instante. Luego, con la voz seria de promesas:

–Mira... espérame. Si la vida es como siempre me dijiste, yo vuelvo, ¿sabes?, y entonces, si vos querés, nos matamos juntos... ¿Estás contento?

Una ola de sangre subió hasta las sienes del hombre.

–Alma, qué buena sos, alma... dame esa mano –y mientras ella, aún sobrecogida, sonreía con timidez, Erdosain se la besó–. ¿No te enojás, alma?

Ella enderezó la cabeza grave de dicha.

–Mirá Remo... yo voy a venir, ¿sabes?, y si es cierto lo que decís de la vida... sí, yo vengo... voy a venir.

–¿Vas a venir?

–Con lo que tenga.

–¿Aunque seas rica?

–Aunque tenga todos los millones de la tierra, vengo. ¡Te lo juro!

–¡Alma, pobre alma! ¡Qué alma la tuya! Sin embargo, vos no me conociste... no importa... ¡ah, nuestra vida!

–No importa. Estoy contenta. ¿Te das cuenta de tu sorpresa, Remo? Estás sólito, de noche. Estás solo... de pronto, cric... la puerta se abre... y soy yo... ¡yo que he venido!

Estás con un traje de baile... zapatos blancos y tenés un collar de perlas.

–Y vine sola, a pie por las calles oscuras, buscándote... pero vos no me ves, estás solo... la cabeza...

–Decí... habla... habla...

–La cabeza apoyada en la mano y el codo en la mesa... me miras... y de pronto...

–Te reconozco y te digo: Elsa, ¿sos vos, Elsa?

–Y yo te contesto: Remo, yo vine, ¿te acordás de esa noche? Esa noche es esta noche y afuera sopla el gran viento y nosotros no tenemos frío ni pena. ¿Estás contento, Remo?

–Sí, te juro que estoy contento.

–Bueno, me voy.

–¿Te vas?

–Sí...

El semblante del hombre se deformó en la súbita pena.

–Bueno, ándate.

–Hasta pronto, mi esposo.

–¿Qué dijiste?

–Te digo esto, Remo. Espérame. Aunque tenga todos los millones del mundo, yo vuelvo.

–Bueno... entonces adiós... pero dame un beso.

–No, cuando vuelva... adiós, mi esposo.

De pronto, Erdosain lanzado por un espasmo sin nombre, la cogió brutalmente de las manos por los pulsos.

–Decíme: ¿te acostaste con él?

–Soltame, Remo... yo no creía que vos...

–Confesa, ¿te acostaste o no?

–No.

En el marco de la puerta se detuvo el capitán. Una flojedad inmensa relajó los nervios de sus dedos. Erdosain sintió que caía y ya no vio más.


1
"Cambiate el cuello": por entonces, década de 1930, era mod
a que las camisas tuvieran un cuello postizo.




NARRATIVA RUSA


DEMASIADO CARO 1

de León Tolstoi


Selección de Héctor Zabala ©


Existe un reino pequeñito, minúsculo, a orillas del Mediterráneo, entre Francia e Italia. Se llama Mónaco y cuenta con siete mil habitantes, menos que un pueblo grande. La superficie del reino es tan pequeña que ni siquiera tocan a una hectárea de tierra por persona. Pero, en cambio, tienen un auténtico reyecillo, con su palacio, sus cortesanos, sus ministros, su obispo y su ejército. 2

Este ejército es poco numeroso, en total unos sesenta hombres; pero no deja de ser un ejército. El reyecillo tiene pocas rentas. Como por doquier, en ese reino hay impuestos para el tabaco, el vino y el alcohol y existe la decapitación. Aunque se bebe y se fuma, el reyecillo no tendría medios de mantener a sus cortesanos y a sus funcionarios ni podría mantenerse él, a no ser por un recurso especial. Ese recurso se debe a una casa de juego, a una ruleta que hay en el reino. La gente juega, y gana o pierde, pero el propietario siempre obtiene beneficios. Y paga buenas cantidades al reyecillo. Las paga, porque no queda ya en toda Europa una sola casa de juego de este tipo. Antes las hubo en los pequeños principados alemanes; pero hace cosa de diez años las prohibieron porque traían muchas desgracias. Llegaba un jugador, se ponía a jugar, se entusiasmaba, perdía todo su dinero y, a veces, incluso el de los demás. Y luego, en su desesperación, se arrojaba al agua o se pegaba un tiro. Los alemanes prohibieron a sus príncipes que tuvieran casas de juego; pero no hay quien pueda prohibir esto al reyecillo de Mónaco: por eso sólo allí queda una ruleta.

Desde entonces, todos los aficionados al juego van a Mónaco, pierden su dinero y el beneficio es para el rey. Por medio de un trabajo honrado no puede uno construirse palacios. El reyecillo de Mónaco sabe que eso no está bien; pero ¿qué hacer? Es necesario vivir. No es mejor mantenerse de los impuestos sobre el alcohol o el tabaco. Así es como vive ese reyecillo. Reina, amasa dinero y gobierna desde su palacio, lo mismo que los grandes reyes. Lo mismo que ellos, se corona, organiza desfiles y paradas, concede recompensas, ajusticia, indulta, celebra consejos, decreta y juzga. Gobierna como los auténticos reyes. La única diferencia es que en Mónaco todo es pequeño.

Una vez, hace cosa de cinco años, hubo un crimen en el reino. El pueblo de Mónaco es pacífico; y nunca había sucedido allí tal cosa. Se reunieron los jueces para juzgar al asesino. En el tribunal había jueces, fiscales, abogados y jurados. Después de juzgarlo, lo condenaron, según la ley, a la última pena, a la decapitación. Presentaron la sentencia al rey. Este la confirmó. No había más remedio que ajusticiar al criminal. La única desgracia es que no hubiese en el reino guillotina ni verdugo. Después de pensarlo mucho, los ministros decidieron escribir al gobierno francés, preguntándole si podía mandarles la máquina y el verdugo para cortar la cabeza al criminal. Al mismo tiempo, pidieron que les informase, de ser posible, de los gastos que esto supondría. Al cabo de una semana recibieron la contestación: podían enviar la máquina y el verdugo: los gastos ascendían a dieciséis mil francos. Se lo comunicaron al reyecillo. Éste meditó largo rato. ¡Dieciséis mil francos! "¡Ese bribón no vale tanto dinero! ¿No se podría arreglar el asunto más económicamente? Para obtener esa cantidad, todos los habitantes del reino tendrían que pagar dos francos de impuesto. Les parecería mucho. Podrían sublevarse", dijo. Celebraron consejo. ¿Cómo solucionar el problema? Se les ocurrió preguntar lo mismo al rey de Italia. Francia es una república, no respeta a los reyes; en cambio, como en Italia hay un rey, tal vez cobraría menos. Escribieron. No tardaron en recibir contestación. El Gobierno italiano les decía que con mucho gusto mandaría la máquina y el verdugo. El total de los gastos, con el viaje incluido, ascendería a doce mil francos. Era más barato; pero no dejaba de ser una cantidad elevada. Aquel canalla no valía tanto dinero. Cada habitante tendría que pagar casi dos francos de impuesto. Volvió a reunirse el Consejo. Pensaron en la forma de arreglar esto de una manera más económica. Quizá algún soldado quisiera cortar la cabeza al criminal, de un modo rudimentario. Llamaron al general. "¿No habrá algún soldado que quiera decapitar al asesino? Sea como sea, cuando van a la guerra matan; y eso es lo que se les enseña". El general habló con sus soldados. ¿Quería alguno cortar la cabeza al criminal? Todos se negaron. "No, no sabemos hacer esto; no lo hemos aprendido", dijeron.

¿Qué hacer? Meditaron mucho, nombraron un Comité, una Comisión y una Subcomisión. Por fin hallaron el medio de arreglar el asunto. Había que conmutar la pena de muerte por la de cadena perpetua. De este modo, el rey demostraría su misericordia y al mismo tiempo habría menos gasto. El reyecillo se mostró de acuerdo; y resolvieron adoptar esa solución. La única desgracia era que no hubiese una prisión adecuada donde encerrar al criminal para toda la vida. Había pequeños calabozos en los que se encerraba temporalmente a los culpables; pero se carecía de una buena prisión. Finalmente, encontraron un lugar. Encerraron al criminal y le pusieron un guardia.

Éste vigilaba al delincuente y le traía la comida de la cocina del palacio. Así transcurrieron doce meses. A fin de año, el reyecillo hizo el balance de los gastos y de los ingresos. Y se dio cuenta de que el criminal constituía un gasto bastante considerable. En un año había ascendido a seiscientos francos su comida y el sueldo del guardián. El criminal era joven y sano; tal vez viviera aún cincuenta años. No era posible seguir así. El reyecillo llamó a sus ministros: "Buscad el medio de que este canalla nos cueste menos dinero. Así nos resulta demasiado caro", les dijo. Los ministros se reunieron en Consejo y meditaron largo rato. Uno de ellos dijo: "Señores, creo que hay que suprimir al guardián". "El criminal se escaparía", replicó otro. "Si se escapa, ¡al diablo!" Informaron al rey. El rey se mostró de acuerdo. Suprimieron al guardián y esperaron a ver qué pasaría. Al llegar la hora de comer el criminal buscó al guardián; y, al no encontrarlo, se dirigió en persona a la cocina del palacio en solicitud de la comida. Tomó lo que le dieron, volvió a la prisión y cerró la puerta tras de sí. Al día siguiente pasó lo mismo. El tipo salía buscar la comida; pero no se escapaba. ¿Qué hacer? Pensaron que debían decirle que no se le necesitaba para nada, que podía irse. El ministro de justicia lo llamó. "¿Por qué no se va usted? Nadie lo vigila, puede marcharse libremente: al rey no le parecerá mal". "No le parecerá mal; pero yo no tengo a dónde ir. ¿Dónde quiere que me vaya? Me han cubierto de oprobio con la sentencia; ahora nadie querrá tratarme. Me he apartado de todo. Ustedes proceden injustamente conmigo. Eso no se puede hacer. En primer lugar, si me han condenado a muerte, tenían que haberme matado. Y aunque no lo han hecho, no he protestado. En segundo lugar, me condenaron a cadena perpetua y me pusieron un guardián para que me trajera la comida; pero no han tardado en quitármelo. Y tampoco he protestado. He ido a buscarme la comida personalmente. Ahora me dicen que me vaya; pero esta vez, arréglenselas como quieran; no, no pienso irme", replicó el criminal.

De nuevo celebraron el Consejo. ¿Qué hacer? ¡qué solución tomar? El criminal no se iba. Después de pensarlo mucho, decidieron asignarle una pensión. Era la única manera de librarse de él. Informaron al reyecillo. "¡Qué le hemos de hacer! Hay que terminar como sea", dijo éste. Asignaron al criminal una pensión de seiscientos francos y así se lo comunicaron. "Bueno; si me pagan puntualmente, me iré".

Así se decidió la cosa. Entregaron al criminal la tercera parte de la pensión por adelantado. Éste se despidió de todos y abandonó el dominio del reyecillo. Viajó apenas un cuarto de hora por ferrocarril. Se instaló cerca del reino, compró una parcela de tierra, puso una huerta y un jardín y vive muy feliz. En fechas determinadas, va a Mónaco a percibir su pensión. Después de cobrar, entra en la casa de juego y pone dos o tres francos. Algunas veces gana, otras pierde, y vuelve a su casa. Vive apaciblemente.

Menos mal que no delinquió en un lugar donde no se repara en gastos para decapitar a un hombre ni para mantenerlo en la cárcel toda la vida.


1 La historia relatada sería verídica, más allá de ciertos detalles que el autor agrega para darle color. Se trata de un relato libre sobre un esbozo de cuento que realizara el autor francés Guy de Maupassant (Sur l'eau). El cuento de Tolstoi no pudo publicarse enseguida por la censura. Apareció por primera vez en Inglaterra en la edición de Vladimir Grigoryevich Chertkov de 1899. En Rusia no fue publicado hasta 1901.

2 Mónaco es actualmente un principado de casi 2 km2, completamente urbano. Consta de sólo tres ciudades (Montecarlo, La Condamine, y Mónaco-Ville) y de unos 33.000 habitantes; la mayoría nacidos fuera de su territorio.




LEÓN TOLSTOI




León Tolstoi

(según Iliá Yefimovich Repin)


Comentarios y selección de Héctor Zabala ©


Lev Nikolaievich Tolstoi, tal su nombre vertido del ruso, nació en Yasnaia Poliana, provincia de Tula, el 28 de agosto de 1828. Perteneciente a una familia de la antigua nobleza rusa, perdió a sus padres en plena infancia.

La familia, encabezada por su hermano mayor, Nikolai, se trasladó a la mansión de un tío en Kazán, en cuya universidad ingresó el futuro escritor, aunque luego no concluiría sus estudios de lenguas orientales. Más tarde, en San Petersburgo lograría un título universitario en Derecho.

Tolstoi fue un contradictorio típico, como ocurre a menudo entre la gente de genio. Era tan encantador como de mal carácter, de buenos sentimientos y comprometido con la caridad cristiana como empedernido jugador por dinero, protector de la vida y adversario de la pena de muerte como amante de la caza o digno acompañante de su hermano mayor a los frentes de batalla, de contextura robusta como sufrido reumático con decenas de otras dolencias, amigo de los campesinos como mundano que se codeaba con la alta sociedad, de carácter fuerte pero dominable por su mujer (a quien superaba en edad), tan feo y tosco como inteligente, tan amado por sus colegas como odiado por otros. Su vida es muy conocida gracias a la profusa correspondencia que mantuvo con parientes y amigos, así como por el diario íntimo de su esposa Sofía y el suyo personal.

Fue un gran lector ya desde muy joven y llegó a dominar varios idiomas. Durante su estancia en el Cáucaso fue registrando en su mente los distintos tipos humanos, tanto campesinos como militares, que luego volcaría en sus obras.

Prolífero narrador, colaboró mucho con la revista literaria Sovremennik (El Contemporáneo) al igual que su amigo Turgueniev. Esta revista había sido fundada en 1836 por los poetas Puschkin y Pletniev.

Algunos viajes por Europa dieron a Tolstoi una visión más amplia del mundo. También fundó una escuela en Yasnaia Poliana y se dedicó a la enseñanza, aplicando ideas propias. Su Silabario, dedicado al programa de enseñanza elemental, demostró su gran anhelo por el desarrollo educativo de la niñez.

Murió de un infarto en la estación ferroviaria de Astápovo (unos 170 km al sur de Moscú) el 20 de noviembre de 1910 cuando intentaba escapar de su casa. Trató de desprenderse de todos los bienes en beneficio de los pobres, pero su esposa lo impidió.



OBRAS DE TOLSTOI:


NOVELAS

• Infancia, adolescencia y juventud (1851 a 1856).

• Felicidad conyugal (1858 a 1859).

• Guerra y Paz (1864 a 1869).

• Ana Karenina (1873 a 1876).

• Los decembristas (1859 a 1884).

• La Sonata a Kreutzer (1889).

• Resurrección (1890 a 1899).

• Hadji Murat (1896 a 1904, editada póstumamente).


TEATRO

• El poder de las tinieblas (drama, 1886 a 1887).

• Los frutos de la civilización (comedia, 1886 a 1889).

• El vagabundo (comedia, 1910).

• El mujik y el obrero (comedia).

• El cadáver viviente (drama, 1911).


CUENTOS

• La incursión (1851-1854, publicado en 1856).

• La tala del bosque (1851-1854, publicado en 1855).

• El degradado (1856).

• Diario de un marcador (1853).

• Sebastopol en diciembre de 1854 (1855).

• Sebastopol en mayo de 1855 (1855).

• Sebastopol en agosto de 1855 (1856).

• La borrasca (1856).

• Los dos húsares (1856).

• La mañana de un señor (1852-1856, publicado en 1856).

• Lucerna (1855).

• Alberto (1857, editado en 1858 con errores, subsanados en 1886).

• Tres muertes (1859).

• Los cosacos (1852-1862, publicado en 1863).

• Polikushka (1861-1862, publicado en 1863).

• Jolstomer (1856-1863, publicado en 1886).

• La muerte de Iván Illich (1884-1886, publicado en 1886).

• Francisca (1890, publicado en 1891).

• Demasiado caro (1890, publicado en 1899).

• Amo y criado (1894-1895, publicado en 1895).

• Después del baile (1903, edición póstuma de 1911).

• El billete falsificado (1898-1904, edición póstuma de 1911).

• Alioscha "El puchero" (1905, edición póstuma de 1911).

• Korney Vasiliev (1879, publicado en 1906).

• Las fresas (1905, publicado en 1906).

• Diario póstumo de Fiodor Kuzmich (1905-1906, edición póstuma de 1911).

• ¿Por qué? (1906).

• El sueño (1906, edición póstuma de 1911).

• Pobres gentes (1906).

• El poder de la Infancia (1908, edición póstuma de 1912).

• Jodynka (1910).

• Sin querer (1910, publicado en 1911).

• No hay culpables en el mundo (1908-1909, edición póstuma de 1911).

• El padre Serguei (1890-1898, edición póstuma de 1911).


CUENTOS PARA NIÑOS (1871-1872, publicados en 1872)

• El niño abandonado

• El mujik y los pepinos

• El incendio

• El viejo caballo

• La rama

• Cómo aprendía a montar a caballo

• Bolita

• Bolita y el jabalí

• Los faisanes

• Milton y Bolita

• La tortuga

• Bolita y el lobo

• Lo que ocurrió a Bolita en Piatigorsk

• El fin de Bolita y de Milton

• La liebre

• Dios ve la verdad, pero no la dice sino cuando quiere

• Cómo cazamos un oso

• El prisionero del Cáucaso


CUENTOS POPULARES (1880)

• Historia de Iván "el imbécil"

• Mijail, el aprendiz de zapatero

• Donde está el amor, allí está Dios

• Ilias

• Los dos hermanos y el oro

• Melania y Akulina

• Dios y el diablo

• El pecador arrepentido

• Los tres "Starsky"

• El primer destilador

• El cirio

• El origen del mal

• Los dos viejos

• El ahijado

• La semilla milagrosa

• Emelián el obrero

• ¿Cuánta tierra necesita el hombre?


RELATOS AUTOBIOGRÁFICOS

• Primeros recuerdos (1878 a 1892).

• Recuerdos (1903 a 1905).




POESÍA


Presenta y selecciona Isabel Llorca Bosco ©




Olga Orozco

(foto de Ernesto Monteavaro)


OLGA OROZCO (Toay, La Pampa, 17 de marzo de 1920 – Buenos Aires, 15 de agosto de 1999). Su nombre completo era Olga Nilda Gugliotta Orozco. Poeta, narradora y periodista. Una de las voces mayores de la lírica en lengua castellana. Se relaciona con la generación del cuarenta (a la que pertenece) y con el surrealismo (aunque ella aclaraba que nunca había hecho asociación libre ni escritura automática, según cita Manuel Ruano).

Algunas distinciones: Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes, Premio Esteban Echeverría de Poesía, Primer Premio Nacional de Poesía, Gran Premio de Honor de la SADE, Láurea de Poesía de la Universidad de Turín, Premio Gabriela Mistral, otorgado por la OEA, Premio Juan Rulfo.

Poemas suyos han sido traducidos al francés, ingles, italiano, alemán, rumano, hindú, portugués y japonés.


OBRA POÉTICA

Desde lejos (Buenos Aires, Losada,1946)

Las muertes (Buenos Aires, Losada, 1951).

Los juegos peligrosos (Buenos Aires, Losada, 1962).

Museo salvaje (Buenos Aires, Losada, 1974).

Cantos a Berenice (Buenos Aires, Sudamericana, 1977).

Mutaciones de la realidad (Buenos Aires, Sudamericana, 1979).

La noche a la deriva (Buenos Aires, Sudamericana,1984 ).

En el revés del cielo (Buenos Aires, Sudamericana, 1987).

Con esta boca, en este mundo (Buenos Aires, Sudamericana, 1994).

Relámpagos de lo invisible (Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica,1997).


OBRA NARRATIVA (Relatos)

La oscuridad es otro sol (Buenos Aires, Sudamericana,1967)

También la luz es un abismo (Buenos Aires, Emecé, 1995).


Olga Orozco decía que la obra literaria que más apreciaba era En busca del tiempo perdido porque Marcel Proust "en una gota de agua encontraba un laberinto". Lo mismo puede aplicarse a la poesía de la propia Olga. Desde su primer libro (1946), la poeta opta por versos larguísimos, sin metro regular ni rima, por frases con subordinadas, donde cada palabra abre un haz de asociaciones que se despliegan en una nueva frase que maravilla. Pero, al mismo tiempo, recorrer sus versos y seguirlos en toda su riqueza supone un entrenamiento para el lector. Por otra parte, éste repara en que la imagen sorprendente está lejos del juego (aunque sabemos que en ocasiones hacía cadáveres exquisitos). La nutrida literatura que ha pasado por los ojos de Olga Orozco, incluso de filósofos y epistemólogos, lejos de entorpecer, constituyen una apertura en la obra de esta escritora que también es una escucha atenta del mundo de lo oculto. "Creo más en lo que no veo que en lo que veo", nos decía. Sin embargo, en esta época posmoderna en que el mundo de lo esotérico es algo tan socorrido, estos elementos no son en sus textos lugar común, sino otra forma de llevar los interrogantes a una profundidad mayor.

El tiempo, la infancia, la evocación de un paraíso perdido, de una época de unión mística persiste a lo largo de su obra con elementos de una religiosidad abierta. También la literatura forma parte de la temática, como en su libro Las muertes, en el que personajes literarios escriben su propio epitafio. Dice en el poema que da nombre al volumen Con esta boca, en este mundo: "He dicho ya lo amado y lo perdido, / trabé con cada sílaba los bienes y los males que más temí perder. / Nuestro largo combate fue también un combate con la muerte, poesía. / Hemos ganado. Hemos perdido".

Olga Orozco, en una entrevista que le hizo Cristina Piña, habla de su forma de escribir un poema. Dice que pasa por momentos de felicidad y de angustia. Que conoce algo del principio y del final pero no de lo que va en el medio, camino salvaje, desconocido, donde el poeta "es como un cazador que va en persecución de la imagen, de la palabra justa", que tiene que elegir a cada paso y duda de "haber acertado con el centro al que apuntaba el poema". Distingue dos momentos: uno "en que tal vez haya como un gesto de estar esperando la voz, esa voz con otra dimensión, pero luego empieza el trabajo". Componía los poemas con lentitud, en varios días.

En la REVISTA SESAM Nº 80, publicamos "Cuando alguien se nos muere" de su primer libro Desde lejos, poema y libro dedicados al poeta Eduardo Jorge Bosco.

Ahora elegimos tres poemas no tan extensos ni de versos tan desmesurados como los que la caracterizan, que tratan el tema de la separación en distintas circunstancias. Es uno de los más recurrentes, con el del tiempo (otra forma de distancia), el recuerdo y la tentación, el error ("el laberinto del error"). Tal vez la caída que menciona Patricia Calabrese.

En No hay puertas, poema extenso, entre sus logros casi constantes, aparece una imagen que nos recuerda la pintura surrealista. El yo poético, tras el abandono, dice que ha visto a la soledad: "desplegar en medio de una sala/ esa lluvia que cae/ junto al mar/ lejos, en otra parte." Este es un ejemplo de esa descontextualización entre un interior y un exterior, que se dan en la plástica. No hay en la poeta rupturas sintácticas y las agramaticalidades se resuelven por la lectura poética y el análisis.


En el poema 13 del libro Cantos de Berenice, escrito luego de la muerte de la gata negra con la que vivió más de quince años, el homenaje a Edgar Allan Poe –que viene desde el nombre– es otro caso en que lo intertextual y lo mítico del felino a lo largo de la historia se entretejen con la relación cotidiana y personal entre el yo poético y la gata.

En Mujer en su ventana, después de la muerte de su pareja, Olga realiza otra equilibrada e intensa expresión de la mayor cantidad de instancias que puede contemplar una situación semejante.

Olga Orozco cuenta con dos libros de relatos en prosa realizados con un material que escribió en el consultorio de su psicoanalista, acerca de los recuerdos de infancia: La oscuridad es otro sol y La luz es un
abismo
. En el primero, dice Telma Luzzani Bystrowitz, están las claves de toda su obra.



NO HAY PUERTAS

(fragmentos)


Con arenas ardientes que labran una cifra de fuego sobre el tiempo,

con una ley salvaje de animales que acechan el peligro

[desde su madriguera,

con el vértigo de mirar hacia arriba,

con tu amor que se enciende de pronto como una

[lámpara en medio de la noche,

con pequeños fragmentos de un mundo consagrado para la idolatría,

con la dulzura de toda tu piel cubriendo el costado del miedo,

a la sombra del ocio que abría tiernamente un abanico

[de praderas celestes,

hiciste día a día la soledad que tengo.


Mi soledad está hecha de ti.

Lleva tu nombre en su versión de piedra,

En un silencio tenso donde pueden sonar todas las

[melodías del infierno;

Camina junto a mí con tu paso vacío,

Y tiene, como tú, esa mirada de mirar que me voy más lejos cada vez,

Hasta un fulgor de ayer que se disuelve en lágrimas, en nunca.


----- § -----


La he visto así poblar las alamedas con los enmascarados

[que inmolan el amor

–personajes de un mármol invencible, ciego y absorto

[como la distancia–,

o desplegar en medio de una sala esa lluvia que cae junto al mar,

lejos, en otra parte,

donde estarás llenando el cuenco de unos años con un agua de olvido.

Algunas veces sopla sobre mí con el viento del sur

Un canto huracanado que se quiebra de pronto en un

[gemido en la garganta rota de la dicha

o trata de borrar con un trozo de esperanza raída

un adiós que escribiste con sangre de mis sueños en

[todos los cristales

para que hiera todo cuanto miro.




(13) 2


Se descolgó el silencio,

sus atroces membranas descolgadas como las de un

[murciélago anterior al diluvio,

su canto como el cuervo de la negación.

Tu boca ya no acierta su alimento.

Se te desencajaron las mandíbulas

igual que las mitades de una cápsula inepta para encerrar

[la almendra del destino.

Tu lengua es el Sahara retraído en penumbra.

Tus ojos no interrogan las vanas ecuaciones de cosas y de rostros.

Dejaron de copiar con lentejuelas amarillas los fugaces

[modelos de este mundo.

Son apenas dos pozos de opalina hasta el fin donde se

[ahoga el tiempo.

Tu cuerpo es una rígida armadura sin nadie,

sin más peso que la luz que lo borra y lo amortaja en lágrimas.

Tus uñas desasidas de la inasible salvación

recorren desgarradoramente el reverso impensable,

el cordaje de un éxodo infinito en su acorde final.

Tu piel es una mancha de carbón sofocado que atraviesa

[la estera de los días.

Tu muerte fue tan solo un pequeño rumor de mata que se arranca

y después ya no estabas.

Te desertó la tarde;

te arrojó como escoria a la otra orilla,

debajo de una mesa innominada, muda, extrañamente impenetrable,

allí, junto a los desamparados desperdicios,

los torpes inventarios de una casa que rueda hacia el poniente,

que oscila, que se cae,

que se convierte en nube.




MUJER EN SU VENTANA 3


Ella está sumergida en su ventana

contemplando las brasas del anochecer, posible todavía.

Todo fue consumado en su destino, definitivamente inalterable

[desde ahora

como el mar en un cuadro,

y sin embargo el cielo continúa pasando con sus angelicales

[procesiones.

Ningún pato salvaje interrumpió su vuelo hacia el oeste;

Allá lejos seguirán floreciendo los ciruelos, blancos, como si nada,

y alguien en cualquier parte levantará su casa

sobre el polvo y el humo de otra casa.

Inhóspito este mundo.

Áspero este lugar de nunca más

Por una fisura del corazón sale un pájaro negro y es de noche

–¿o acaso será un dios que cae agonizando sobre el mundo?–,

pero nadie lo ha visto, nadie sabe,

ni el que va creyendo que de los lazos rotos nacen preciosas alas,

los instantáneos nudos del azar, la inmortal aventura,

aunque cada pisada clausure con un sello todos los paraísos

[prometidos.

Ella oyó en cada paso la condena.

Y ahora ya no es más que una remota, una inmóvil mujer en su

[ventana,

la simple arquitectura de la sombra asilada en su piel,

como si alguna vez una frontera, un muro, un silencio, un adiós,

hubieran sido el verdadero límite,

el abismo final entre una mujer y un hombre.


de Los juegos peligrosos, en Orozco, Olga. Poesía (Antología) Buenos Aires, Centro
Editor de América Latina,1993.

2 de Cantos a Berenice,
ídem.

3 de Con esta, boca en este mundo. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1994.


Piña, Cristina. Conversaciones con poetas. Olga Orozco. First, Nº 88, enero 1994.

Ruano, Manuel. Entrevista para el prólogo de la Obra Poética de Olga Orozco (digital).

Moscona, Myriam. La puerta que no abriste (digital).

Calabrese, Patricia. Olga Orozco en Asterión XXl (digital).

Luzzani Bystrowics, Telma. Prólogo de la antología citada.




¿CUÁNTO RECORDAMOS DE LITERATURA?


Cuestionario de Héctor Zabala ©


Para que cada cual tome conciencia de lo que recuerda (o no) de las grandes obras de la literatura universal y nos sirva de incentivo para repasar párrafos casi olvidados o para ampliar nuestras lecturas.


Biblia


Obra: Antiguo Testamento 1

Autor: varios escritores (circa siglo XVI a. JC a siglo V a. JC)

Época que abarca: circa milenio V a. JC. al siglo V a. JC

Temas que abarca: históricos, legendarios, proverbiales, proféticos, etc.

Lengua original: hebreo, partes en arameo

Géneros: narrativo, poético


(Algunas preguntas pueden ser capciosas)


1) ¿Quién escribió los primeros cinco libros de la Biblia y cómo se denominan? A este conjunto de libros ¿se los conoce como Pentateuco? ¿Es lo mismo que la Torá de los hebreos?

2) ¿Todas las religiones que consideran sagrado el texto bíblico, mantienen el mismo canon para el llamado Antiguo Testamento?

3) ¿En qué libros del llamado Antiguo Testamento se cuentan estos sucesos: la creación del mundo, el diluvio, la promesa de Dios a Abraham y la liberación de los judíos de la opresión faraónica?

4) ¿En qué libros del llamado Antiguo Testamento se relatan las historias de Sansón, del reinado de David, del de Salomón, de la construcción del templo y de la división política de los judíos en dos estados separados?

5) ¿En qué libros del llamado Antiguo Testamento se narran estos hechos: la caída de Samaria en manos de los asirios, la destrucción de Jerusalén –y su templo– por los babilonios y la liberación de los judíos del cautiverio de Babilonia?


1 La mayor parte de la cristiandad llama Antiguo Testamento a esta colección de libros. Quizá no sea una denominación feliz (judíos, testigos de Jehová y otras confesiones religiosas utilizan nombres más escrupulosos) pero al menos es la más difundida para esta compilación, que comprende a todas las escrituras bíblicas que se suponen anteriores al nacimiento de Jesús de Nazaret.




Respuestas a las preguntas de REVISTA SESAM Nº 81.


11) En las tragedias griegas, Orestes debió exilarse por causa del usurpador del trono, ¿ocurre algo similar con Hamlet?

Respuesta: Ocurre algo parecido. Egisto decretó la muerte de Orestes pero un servidor fiel lo salva enviándolo lejos de su patria, sin que el usurpador lo sepa. Claudio, en cambio, decreta el exilio de Hamlet con idea de matarlo en el extranjero, pero la deportación nunca llega a concretarse.


12) La indignación de Electra y Orestes los lleva a idear el asesinato de su propia madre, ¿Hamlet tiene los mismos sentimientos para con Gertrudis?

Respuesta: No, Hamlet nunca tuvo la idea de matar a su madre, sólo desea (y logra) matar al asesino de su padre.


13) ¿Hamlet estaba loco o se hace pasar por tal para lograr sus fines?

Respuesta: Hamlet no estaba loco, simplemente es una estratagema.


14) ¿Orestes usa el mismo ardid para sorprender a su madre y a su padrastro?

Respuesta: No. Sólo aprovecha que nadie puede reconocerlo en la corte argiva, dado que era muy pequeño cuando se fue. Por otra parte, en Argos todos lo creían muerto.


15) ¿Cómo muere Agamenón?, ¿y cómo el padre del príncipe Hamlet?

Respuesta: Agamenón muere asesinado en el baño por un hachazo. En cambio, el rey Hamlet muere en su jardín por el veneno que le introducen en el oído mientras duerme.




CULTURA POPULAR


CÁTULO CASTILLO





Comentarios y selección de Héctor Zabala ©


Nació el 6 de agosto de 1906 en Buenos Aires. Su nombre completo era Ovidio Catulo González Castillo, pero él lo redujo al del título. Fue multifacético: poeta, compositor y pianista. Era hijo del poeta y autor teatral José González Castillo, a quien le compondría música para varias letras de tango.

A muy corta edad editó "Canyengue", que interpretó la orquesta de Francisco Canaro. Durante su adolescencia formó un pequeño conjunto para interpretar tangos y valses en glorietas y salones familiares, que más tarde el conjunto se convertiría en orquesta. En 1928 actuaría con éxito en Barcelona, España.

Desde 1923 y hasta bastante avanzada la década siguiente, su creación se centró en la composición musical. A partir de entonces la dejaría para dedicarse a escribir letras de tango. En la década de 1940 tuvo gran actuación en SADAIC, asociación que reúne a autores y compositores de la Argentina, y en sus años maduros fue presidente de la Comisión Nacional de Cultura.

Algunos descubren vestigios surrealistas en sus obras. Sus letras alcanzaron gran éxito a partir de los '40 y en especial durante los años '50, cuando se asoció con el eximio músico Aníbal Troilo para crear tangos y milongas.

Además de trabajar en varios periódicos, Cátulo Castillo fue profesor y funcionario del Conservatorio Municipal de Música de Buenos Aires durante veintisiete años. Murió en su ciudad natal el 19 de octubre de 1975.



1) ALGUNAS DE SUS COMPOSICIONES MUSICALES MÁS DESTACADAS 1


Con letra propia:

Caminito del taller (1925).


Con letra de José González Castillo:

Silbando (1923),
Organito de la tarde (1924), Acuarelita de arrabal (1925).

El circo se va (1925), Aquella cantina de la ribera (1926), El aguacero (1931).


Con letra de otros autores:

Viejo ciego (1926), letra de Homero Manzi; La violeta (1929), letra de Nicolás Olivari; Corazón de papel (1930), letra de Alfredo Franco.



2) ALGUNAS DE SUS LETRAS MÁS DESTACADAS 1


En colaboración (letra y música) con José Razzano:

Café de Los Angelitos (1944).


Con música de Sebastián Piana:

Tinta roja (1941), Caserón de tejas (1941, vals).


Con música de Aníbal Troilo:

María (1945), Patio de la morocha (1951), Patio mío (1953), Una canción (1953), Milonga que manda truco (1953), Milonga del mayoral (1953), La cantina (1954), La última curda (1956), A Homero (1958), Y a mi qué (1960), Desencuentro (1960), El último farol (1969), Milonga de la parda (1969).


Con música de Héctor Stampone:

Perdóname (1954), El último café (1963).


Con música de otros compositores:

Domani (1951), música de Carlos Viván, La calesita (1953), música de Mariano Mores, Anoche (1954), música de Armando Pontier.




CASERÓN DE TEJAS


¡Barrio de Belgrano! 2

¡Caserón de tejas!

¿Te acordás, hermana,

de las tibias noches

sobre la vereda?

¿Cuando un tren cercano

nos dejaba viejas,

raras añoranzas

bajo la templanza

suave del rosal?


¡Todo fue tan simple!

¡Claro como el cielo!

¡Bueno como el cuento

que en las dulces siestas

nos contó el abuelo!

Cuando en el pianito

de la sala oscura

sangraba la pura

ternura de un vals.


¡Revivió! ¡Revivió!

En las voces dormidas del piano,

y al conjuro sutil de tu mano

el faldón del abuelo vendrá...

¡Llámalo! ¡Llámalo!

Viviremos el cuento lejano

que en aquel caserón de Belgrano

venciendo al arcano nos llama mamá...


¡Barrio de Belgrano!

¡Caserón de tejas!

¿Dónde está el aljibe,

dónde están tus patios,

dónde están tus rejas?

Volverás al piano,

mi hermanita vieja,

y en las melodías

vivirán los días

claros del hogar.


Tu sonrisa, hermana,

cobijó mi duelo,

y como en el cuento

que en las dulces siestas

nos contó el abuelo,

tornará el pianito

de la sala oscura

a sangrar la pura

ternura del vals...



TINTA ROJA


Paredón,

tinta roja en el gris del ayer, 3

sobre mi callejón 3

con un borrón pintó la esquina.

Y el botón 5

que, en lo ancho de la noche,

puso el filo de la ronda como un broche.

Y aquel buzón carmín. Y aquel fondín 6

donde lloraba el tano 7

su rubio amor lejano

que mojaba con bon vin 8.


¿Dónde estará mi arrabal?

¿Quién se robó mi niñez?

¿En qué rincón, luna mía,

volcás, como entonces,

tu clara alegría?

Veredas que yo pisé,

malevos que ya no son,

bajo tu cielo de raso

trasnocha un pedazo

de mi corazón.


Paredón,

tinta roja en el gris del ayer,

borbotón de mi sangre infeliz

que vertí en el malvón

de aquel balcón que la escondía.

Yo no sé si fue negro de mis penas

o fue rojo de tus venas mi alegría... 4

Porque llegó y se fue tras del carmín

y el gris fondín lejano

donde lloraba un tano

sus nostalgias de bon vin.


1 Si no hay una aclaración especial, entonces se trata de tango.

2 Belgrano, que naciera como pueblo en 1854 hasta que fue englobado dentro de la Capital Federal al federalizarse el distrito, es hoy uno de los barrios de clase media más populosos de la ciudad de Buenos Aires. El vals es en sí es una evocación de la época en que dicho barrio estaba lleno de caserones, antes de que el "progreso" los volteara y construyera en su lugar enormes edificios de departamentos.

3 Hay otra versión que intercala entre estos versos los dos siguientes: Tu emoción / de ladrillo feliz.

4 Hay otra versión que cambia este verso por: o fue rojo de tus venas mi sangría...


Lunfardismos y argentinismos:

5 botón: vigilante, policía. 6 fondín: fonda. 7 tano: italiano. 8 bon vin: buen vino.




ENSAYO


ROBERTO ARLT Y LA BIBLIA DEL INFIERNO

de Agustín Romano


Dios o el Diablo están junto a uno dictándole inefables palabras.

(Roberto Arlt, Prólogo de Los lanzallamas)


Querida lectora, apreciado lector: Meditando sobre los sucesos acaecidos en la Argentina de los últimos meses, no puedo dejar de recordar lo que alguna vez escribió Roberto Godofredo Cristophersen Arlt: "La historia de los partidos políticos en la Argentina no es más que la historia de los comerciantes que pretenden vender el país al mejor postor."

No creas que vaya a hablarte de esta crisis, aunque ganas no me faltan. No. De lo que te voy a hablar es de Roberto Arlt.

En mis años mozos, cuando estaba por ingresar a la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, era una de mis intenciones llegar a conocer a Mirta, su hija, que por entonces era profesora allí. Por suerte logré mi propósito y a pesar de no pertenecer a la carrera de letras, llegué a ser su alumno y amigo. Gracias a su generosidad, pude leer directamente de los originales algunas obras inéditas de Arlt. Podrás imaginarte lo que significó para mí tener entre mis manos aquellos venerados papeles casi totalmente desconocidos.

Seguramente te habrás preguntado alguna vez, como yo, qué es lo que nos fascina de este escritor, quien –según muchos– escribía mal. Conste que digo "escribía". Ya que podemos decir que Arlt con los años ha ido escribiendo cada vez mejor. De tal modo que hoy escribe estupendamente bien. Misterio éste similar al de Gardel, que cada día canta mejor



I

Donde hace su aparición Arlt y su primer crítico


En el duro año '30 es Ulises Petit de Murat, en el Nº 41 de la revista Síntesis (según su autoconfesión), quien inaugura la crítica arltiana con el artículo Roberto Arlt, novelista.

Desde entonces el mito Arlt se fue agigantando.

Petit de Murat hace aquí un rápido balance de la novelística de aquellos años. La percibe como "discontinua" y bastante pobre, a excepción de la obra de Ricardo Güiraldes, a quien ubica al lado de José Hernández; dice que tiene la sensación de que un período de la literatura se cierra con el autor de Don Segundo Sombra.

En este trasfondo un tanto desilusionado es que, según el articulista, emerge la figura de Arlt a la consideración crítica.

Dice Petit: "Trae [Arlt] la abrumadora carga de una bastante completa falta de cultura y la obligación saturadora de ganarse el pan incómodamente en las redacciones de los diarios. Lo consume el frenesí de trasladar directamente la vida a sus creaciones. No tiene tiempo para elaborar sus personajes, que desarrolla en sus novelas con la base de croquis sacados de la realidad. Todo es espontáneo en él. Temperamento genuino, ni en sus equivocaciones se desvirtúa. Sus invenciones no responden a ideas trascendentales, inamovibles, del mundo y la naturaleza humana." Luego agrega: "Y sin embargo, esa brutal urgencia que pisotea el estilo, pasa sobre toda premeditación y depuración; ese desinteresado frenesí por contar es lo que conmueve en Arlt. Su ingenuidad fantástica, su abominación de lo puramente literario nos da en él la sensación de la presencia del genio."

Como podrás ver, estos párrafos nos dan una figura digna del mejor romanticismo, es decir, la figura del "genio inspirado pero bárbaro".

Convendrás conmigo en que lo que da fundamento a esta crítica es el famoso principio tantas veces repetido por Borges de que "el espíritu (divino) sopla donde quiere". No es extraño entonces que este espíritu travieso, en pleno goce de su libertad, pueda tomar a un humilde pastorcillo como David, a un niño casi tonto como Rimbaud, a un semianalfabeto como Arlt y, a pesar de todas sus carencias, hacerle decir cosas esenciales.



II

Algunas dudas y algunos loros


Podrás no aceptar esta teoría, pero no podrás negar que es muy antigua, ya que si lo pensamos un poco podremos encontrarle antecedentes entre los mismos griegos, quienes en definitiva la inventaron para siempre.

Pero… te confieso… hay algo en Petit que me resulta sospechoso. Y son dos afirmaciones sorprendentes. La primera dice así: "El juguete rabioso o Los siete loros [sic] hay que leerlos de un tirón". Y la segunda afirma: "La crítica adolece de un empirismo pretencioso. Por ello al ejercerla es deber declarar que Los siete loros [sic] es apenas un exordio de novela."

Es de este modo que llego a preguntarme si el inolvidable guionista de La Guerra Gaucha 1 leyó realmente las obras que está comentando, ya que parece desconocer el verdadero nombre de la segunda novela de Arlt 2, y por otro lado, si uno lee atentamente, más que referirse a la novela en sí no hace otra cosa que comentar características generales (que bien pudo haber conocido de oídas) o informarnos vagamente de algunos rasgos de la vida del autor.

Lo que sí surge claro de su comentario es que en él ya están presentes los elementos del mito que incluso el mismo Arlt alimentará durante toda su vida.



III

La otra imagen del bárbaro


Sin embargo nadie que lea las obras de Arlt podrá afirmar que sus pretensiones hayan sido mostrarse como un ignorante. Más bien todo lo contrario.

Desde El juguete rabioso encontramos infinidad de frases de tono erudito como éstas: "Nuestra amistad fue comparable a la de Orestes y Pílades". O "Las doncellas de veintidós años y sin novios se deleitaban con Chateubriand, languidecían en Lamartine y Cherbuliez". O como esta otra: "Silvio, hay que regenerarse, la struggle for life de Darwin" 3.

Así es que si nos tomáramos el trabajo de hacer una red semántica de los autores y los libros que menciona, no sólo en ésta sino en toda su obra, incluidas sus famosas Aguafuertes, difícilmente lleguemos a tener la imagen de alguien que trae "la abrumadora carga de una bastante completa falta de cultura". Lo mismo vale para sus personajes.

Un buen ejemplo de lo que decimos, podemos encontrarlo en la escena de El juguete rabioso cuando los adolescentes que han fundado el Club de los Caballeros de la Media Noche entran a robar la biblioteca de una escuela.

Aquí podemos tener un muestreo de los libros y autores que prefieren los muchachitos. Si bien es cierto que al principio parece predominar un criterio netamente comercial en la selección de los libros que se habrán de llevar, rápidamente advertimos que lo que termina por imponerse son los gustos literarios o pretendidamente científicos de estos granujas.

Como quiera que sea, gracias a este hecho, podemos conocer algunos de los tomos que terminarán llevándose: Las montañas del oro (Lugones), Evolución de la materia (Lebón), Química orgánica e inorgánica (Rosquete), Cálculo infinitesimal y Charles Baudelaire. Su vida.

Aquí ya están presentes los dos ejes principales que estructuran toda la producción arltiana: la literatura y la ciencia.

Varias son las conclusiones que podemos extraer de esta lista pero, por ahora me interesa sólo la que tiene que ver con Charles Baudelaire.



IV

La vanguardia y la Biblia del Infierno


No me cabe ninguna duda de que esta referencia no es inocente. Que Arlt mencione al precursor de lo que serían los movimientos de vanguardia europea es digno de tomarse en cuenta. Más aún si la ligamos a la alusión que hace del Ulises de James Joyce en el prologo de Los lanzallamas.

Es indudable que Arlt recibió influencias de la vanguardia. Pero no de la vanguardia de y para señoritos que importara Borges en el '21 de España y que servirá a los pulcros jailaifes 4 de Florida para crear su célebre grupo destinado a renovar la metáfora y otras formas poéticas; vanguardia a la que Borges renunció tiempo después.

No. Lo que influirá en Arlt es la vanguardia pesada. Esa que no es tan sólo un movimiento estético sino también un modo distinto de vivir y de morir y que tiene sus raíces profundas en Las bodas del cielo y del infierno de Willian Blake, aquel místico y visionario del que nace la idea de que en los textos bíblicos sólo se revela una parte de la verdad. La otra, la que corresponde al infierno, que es su complemento (de ahí sus bodas) hay que lograrla viviendo fuera de los limites de la moral "evangélica" conocida.

Las confesiones de un opiómano de Thomas de Quincey, Las flores del mal de Baudelaire, Una temporada en el Infierno de Rimbaud, Los cantos de Maldoror del Conde de Lautreamont y el mismo Ulises de Joyce pasan a ser de este modo páginas de esta secreta Biblia que se ha comenzado a escribir. Roberto Arlt es uno de esos evangelistas del infierno.

El propio Arlt lo confirma en Las ciencias ocultas en Buenos Aires (1920): "Entre los múltiples momentos críticos que he pasado, el más amargo fue encontrarme a los dieciséis años sin hogar. Había motivado tal aventura la influencia literaria de Baudelaire y Verlaine, Carrere y Murguer. Principalmente Baudelaire, las poesías y biografías de aquel gran doloroso poeta me habían alucinado, al punto que, puedo decir, era ni padre espiritual, mi socrático demonio
que recitaba continuamente a mis oídos las desoladoras estrofas de sus Flores del mal".

5

Sin embargo, cuando Ulises Petit de Murat escribió su artículo, si bien pudo advertir el fin de una narrativa, no pudo o no supo ver el nacimiento de otra que comenzaba con Arlt, destinada a dar cuenta de nuestros terrores. No es extraño, entonces, que llegue a afirmar: "Finalmente, declaramos triste y bajo el existir de los personajes de Arlt, absurdos sus sueños y ambiciones. Fuera de literatura su obra." 5 Pero si ubicamos la obra de Arlt, tanto literaria como periodística, dentro de la línea vanguardista que hemos trazado, es probable que alcance resonancias insospechadas y podamos comprender mejor su mundo.

A pesar de que coincide en parte con los de Florida por su actitud vanguardista y antiacadémica y con los de Boedo por su posición critica ante la realidad, Arlt es un autentico raro al mejor modo de Rubén Darío. Su literatura no coincide con ninguno de los programas narrativos argentinos de su época, lo que causará verdaderas dificultades para su lectura e interpretación.



V

El Juguete inicia un arduo camino hacia nosotros


A mediados del '20, Arlt lleva El juguete rabioso a los editores de la editorial Claridad cercana al grupo de Boedo. La obra fue rechazada por Elías Castelnuovo, asesor de la misma. No fue éste el único rechazo, el mismo Arlt cuenta en la segunda edición de su novela cómo la obra le fue devuelta por distintos editores en nombre de la literatura ofendida o en nombre de la economía maltrecha.

Finalmente comenzó a ser publicada en forma parcial en la revista Proa, de filiación "vanguardista", dirigida por Ricardo Güiraldes, sita en Bulnes 2216, domicilio de Jorge Luis Borges en Buenos Aires.

Estos rechazos y esta primera publicación nos habla bien a las claras de cómo el texto fue leído y por quién.

En 1926 la Editorial Latina lo edita, no sin discusiones, gracias al apoyo de Enrique Méndez Calzada.

En 1932 Arlt intentó acercarse al Partido Comunista y colaboró en la revista Bandera Roja, una de sus publicaciones. Fue aquí, precisamente, donde entró en polémica con Rodolfo Ghioldi, uno de los líderes más conspicuos del P.C. local. Dicha controversia fue interrumpida abruptamente por la redacción de la revista y provocó la siguiente declaración de Arlt: "Como otros compañeros, me quise acercar a la clase trabajadora. No negaré que se me ocurrió, al asumir semejante actitud, que yo le hacía un extraordinario favor al proletariado. ¿Quiénes sino nosotros (según decíamos) podían orientar a la clase obrera hacia la resolución de sus problemas? A las primeras de cambio algunos obreros fantásticamente instruidos por su terrible dialéctica marxista (que aún no entiendo claramente por ser tan complicada) trituraron nuestros conceptos y mi literatura, y sin pelos en la lengua nos tildaron de ignorantes, vanidosos, oportunistas y chiflados."

En 1952 surge otra interpretación de parte de los comunistas, aparecida en Cuadernos de Cultura Democrática y Popular Nº 5, órgano oficial de cultura del partido, realizada por Roberto Salama, El mensaje de Roberto Arlt. También la suerte le fue adversa, pero eso sí aggiornada 6 a los tiempos que corrían, dado que la identificaba con el fascismo.

A pesar de los antecedentes contrarios a Arlt, este artículo es contestado en el número siguiente de la misma revista por Raúl Larra con otro trabajo cuyo título vale como una definición: Roberto Arlt es nuestro (comunista).

Es importante destacar que la tarea de Larra en defensa de Arlt, que se centró más que nada en aspectos biográficos e ideológicos, y que abrió el camino para otros investigadores, no constituye un cierre del sentido arltiano, sino más bien tiende a congelarlo en una ideología ajena.

Los rechazos, la edición por gente ligada a la vanguardia, la falta de perspectiva para su comprensión y las polémicas entre los comunistas, muestran claramente las dificultades que la obra arltiana tiene para su lectura.

No nos es posible detallar todos los trabajos de la crítica, a pesar de sus vacilaciones, para romper los prejuicios tanto de la derecha como de la izquierda. Es por esto que trataremos de sintetizar a continuación lo que a nuestro parecer fueron los logros de Arlt desde el punto de vista literario.



VI

Los logros del raro


Ya desde su primera novela instaura un modelo narrativo en donde los nexos causales entre sus capítulos han desaparecido. Utiliza así una forma de relato antiaristotélico similar a la adoptada por Joyce en El retrato del artista adolescente.

Innovaciones parecidas adopta para el cuento, en el que introduce varias líneas de acciones superpuestas (El jorobadito), contrariando la forma clásica teorizada por Poe.

Inaugura en la literatura argentina el tema de la homosexualidad, incluye la infografía, utiliza el lenguaje científico y emplea técnicas que coinciden exactamente con los descubrimientos de la ley de condensación descubierta por Freud: "Erdosain sacaba de las alcobas de la casa negra una mujer fragmentaria y completa, una mujer compuesta por cien mujeres despedazadas por los cien deseos siempre iguales, renovados a la presencia de semejantes mujeres. Porque ésta tenía las rodillas de una muchacha a quien el viento soslayaba la pollera mientras esperaba el ómnibus, y los muslos que recordaba haber visto en una postal pornográfica, y la sonrisa triste y desvanecida de una colegiala que hacía mucho tiempo había encontrado en el tranvía, y los ojos verdosos de una modistilla con la pálida boca rodeada de granos que los domingos salía, al atardecer, con una amiga, para bailar en esos centros recreativos, donde los tenderos empujan con sus braguetas sublevadas a las mocitas que gustan de los hombres." (Del capítulo La casa negra de Los siete locos).

Gracias a este fragmento, y a muchos otros esparcidos a lo largo de su obra, es que podemos afirmar que él fue uno de los primeros en sondear los abismos del subconsciente.

Los temas de la náusea y la angustia aparecen en Arlt por lo menos una década antes que en los existencialistas franceses.

Otra de sus novedades es la utilización de antihéroes y de "literaturas de desecho" como el periodismo y el folletín, tan de actualidad en estos tiempos posmodernos, con los que logra formas expresivas de una eficacia incomparable.



VII

A modo de conclusión o de invitación a continuar


Roberto Arlt al igual que Federico Nietzsche fue un adelantado a su época. Como el autor de Así hablaba Zaratustra, su obra es difícil de abordar como puede inferirse si se tienen en cuenta las breves secuencias de sus lectores y las lecturas que ellos hicieron, que acabamos de mostrar:

Obra rechazada en nombre de la literatura ofendida,

Obra que está fuera de la literatura,

Obra con un mensaje fascista,

Obra de cuño marxista,

Obra de la vanguardia pesada,

Obra que forma parte de la Biblia Infernal.

Quien quiera hacerlo, podrá agregar a estas lecturas otras muchas si se toma el trabajo de reunir los materiales existentes o si se atreve a producir alguna otra interpretación.

No es nuestra intención cerrar sus significados sino invitar a nuevas lecturas que ensayen los nuevos métodos y los que puedan surgir. Arlt es un permanente desafío.


1 El guión de La Guerra Gaucha, hecho sobre la base del libro homónimo de Leopoldo Lugones, fue escrito por Ulises Petit de Murat y Homero Manzi.

2 La novela de Roberto Arlt tiene por título Los siete locos, no Los siete loros, como la llama erróneamente Petit de Murat.

3 La struggle for life: del inglés, la lucha por la vida.

4 La palabra jailaife es la que usaba la gente común de aquella época para referirse, en lunfardo porteño, a los encopetados o personas de clase alta. De hecho, proviene del inglés high life, vida alta, en el sentido de gran vida o vida de rico.

5 El subrayado es nuestro.

6 La palabra aggiornado es un lunfardismo porteño tomado del italiano aggiornato; significa actualizado, que se puso al día.




DIÁLOGOS


con JORGE SOMBRA





Entrevista de Agustín Romano ©


Estamos hoy con uno de los referentes más importantes de la cultura de San Martín, el escritor Jorge Sombra. Por un lado es coordinador literario de la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de San Martín y por otro, secretario de nuestra SESAM.

SESAM: Jorge, ¿cómo ves el estado actual de la cultura en San Martín?

Jorge Sombra: Yo veo un movimiento muy dinámico, muy comprometido con la búsqueda de la identidad. Es decir veo un momento muy auspicioso.

SESAM: Es verdad. Son muchas las actividades que se realizan aquí. Tanto en el orden oficial como en el privado. Como miembro de la Subsecretaria de Cultura, contanos qué planes tienen para este año.

J.S.: Rescatar todos aquellos valores que hagan a la identidad sanmartinense. El señor Intendente nos ha dado carta libre para bucear en nuestra la comunidad para rescatar a todos aquellos que la representen y la promuevan. Así es que en el próximo mes de julio realizaremos el encuentro internacional de payadores; por otro lado, esto corre a mi cargo, realizaremos un ciclo de música popular en las escuelas destinada a mostrarles a los chicos las características de todas las regiones musicales del país. También tenemos como tarea reivindicar la música y la danza de la provincia de Buenos Aires, la llamada música y la danza surera.

SESAM: También tienen muchos proyectos para la casa Carnacini.

J.S.: Es verdad. La casa Carnacini es una vidriera cultural que funciona todo el año y que puede estar a la altura de cualquier ciudad como la misma Buenos Aires.

SESAM: Hablanos de una actividad muy tuya: las Tertulias de Libros y Canciones.

J.S.: Estas Tertulias tienen como objetivo mostrar la capacidad creativa de los autores en general. Nosotros desde la Subsecretaría los promovemos y los ponemos a consideración de los vecinos para que sepan que a la vuelta de su casa vive un artista, un creador.

Presentamos un libro y a un canta-autor por mes. Para este año tenemos una larga lista de autores.

SESAM: Jorge, nos has hablado como funcionario. Ahora decime como ves la actividad de la SESAM.

J.S.: Permitime antes que nada que explique cómo nació SESAM. En 2000, al ingresar al gobierno municipal como director de prensa, lo primero que hice fue preguntar en la Dirección de Cultura sobre escritores sanmarinenses. Me respondieron que no tenían sobre ellos ningún registro. Fue entonces que aporté una lista que tenía yo y, desde mi organismo, la Dirección de Prensa, lancé una convocatoria a todos los escritores que quisieran inscribirse en el Registro Municipal de Escritores Sanmartinenses. Promoví algunas reuniones a agenda abierta. De este modo se originó una movida que ya en el 2001 realizamos un coloquio de escritores y la primera feria del libro de autores sanmartinenses. Del coloquio surgió la necesidad de crear una entidad que representara a nuestros escritores locales y se formó una comisión promotora cuyo presidente fue el querido escritor, historiador y poeta Jorge Bossio. Finalmente la comisión promotora estableció como fecha para constituir la SESAM el 30 de noviembre de 2002. En esta fecha se aprobaron los estatutos y se eligió la primera comisión directiva. Desde entonces los presidentes han sido Jorge Bossio, Ricardo Alvarez Morel (dos períodos) y Agustín Romano. En la actualidad SESAM está creciendo a pasos agigantados. Hoy podríamos decir que es una sociedad con contactos internacionales, con socios internacionales y se proyecta como una gran promotora de la cultura sanmartinense y regional también.

SESAM: ¿Qué proyectos tiene SESAM para este año?

J.S.: Para este año la SESAM tiene lindísimos proyectos que en general están orientados al festejo en el año 2010 del bicentenario de nuestra Independencia. Un proyecto auspicioso y ambicioso es haber declarado el 2008 como año delos autores sanmartinenses. Nuestro actual presidente hace muy poco inauguró un ciclo de charlas en nuestra cede CAMED con el fin de plantearnos: ¿Qué somos los argentinos? Existen también proyectos conjuntos con la Universidad de San Martín (UNSAM) de realizar la tercera Feria del Libro y un seminario destinado al estudio de los autores de nuestra región, como José Hernández, Julio Arístides, Mauricio Kartun.

SESAM: Has hablado como funcionario y como miembro de la SESAM. Ahora quiero preguntarte cómo has llegado a la literatura.

J.S.: Desde mi niñez tuve atracción por la literatura. En los años mozos me dedique al canto que yo llamaría nativo. Luego fui atraído en 1982 por el periodismo y realicé los tres niveles del Círculo de Periodistas. En 1983 fundé el periódico Libertad (de corta vida por falta de medios). Asistí a talleres literarios. Creo haber encontrado un estilo para expresarme que no habla solamente del conflicto humano y del escenario urbano sino que mis cuentos tienen mucho de fantástico. Tengo uno, Luna mata luna, que está escrito como si fuera un dialogo o más bien un monólogo. Al director de la Comedia local 1 le interesó y ya lleva más de treinta representaciones. Sólo he podido publicar un libro, La mujer de los gatos. Pero tengo otros terminados y un Diccionario de Autores Sanmartinenses que espero sea publicado en alguna oportunidad por la SESAM. Desgraciadamente mi dedicación a mis actividades periodísticas, a mis tareas en la subsecretaría y a mi actividad dentro de nuestra sociedad de escritores relegan bastante mi actividad de escritor.

SESAM: Contanos de tu actividad como poeta.

J.S.: Siempre me da un poco de rubor decir que soy poeta. Tengo dos líneas poéticas: una ligada al tono gauchesco que es de carácter y es para ser cantada, otra de otro tono donde formulo los interrogantes existenciales. En general he publicado mi producción poética en periódicos.

SESAM: ¿Tenés algún autor preferido?

J.S.: Sí. Atahualpa Yupanqui 2, José Larralde, autores sumamente comprometidos. También tengo profunda admiración por Martín Castro, un cantor y poeta popular de origen muy humilde, conocido principalmente por una canción, El Huérfano, y que se dedicó, en su época, a denunciar las transgresiones a lo que hoy llamamos derechos humanos.

SESAM: Para finalizar. ¿Qué consejo les darías a los jóvenes escritores?

J.S.: Primero que lean a los clásicos, que son los grandes maestros. Segundo que corrijan mucho lo que escriban.


1 Miguel Cavia, director de la Comedia Municipal de San Martín, famoso a nivel nacional. Ha dirigido a grandes actores como Norma Leandro y Alfredo Alcón.

2 Ver nuestro artículo de Cultura Popular en REVISTA SESAM Nº 79.




LUNA MATALUNA

de Jorge Sombra


Procura que tu visión

de las cosas

sea tan amplia

que te alcance


–Buenas noches, don Roque. Vine hablar con usted porque tengo un asunto muy delicado que tratar. Unas cuantas veces lo quise encarar y, pa' decirle la verdad, don Roque, no me animaba.

Ya son varios los meses que me voy en partidas, y a la final no me decido. Usted sabe cuánto lo respeto y lo aprecio. Y por eso lo he ensayao' en muchas noches, no por miedo, porque usted sabe que soy tan hombre como usted, pero sí por respeto. Mi padre me decía que a las cosas hay que hablarlas de frente, de hombre a hombre; así, mirándolo a los ojos, como yo lo estoy mirando ahora.

Y usted es un hombre inteligente, tiene estudio, por algo es veterinario. Y yo sé que me va a saber escuchar, y me va a comprender en la encrucijada. Porque ahora sí, esta noche tomé coraje y le vine hablar.

Vez pasada, cuando le ayudé con esa yegua que tenía el potrillo atravesao', yo pensé; esta es la ocasión pa' hablarle, trabajamos codo a codo, casi sin hablarnos y yo le entendí todo lo que usted me indicó pa' la parición. Pero lo vi tan metido en su oficio, que me dije: este no es el momento.

Otra vuelta cuando fuimos juntos a recorrer el campo, las alambradas, las aguadas. ¿Se acuerda? Usted me veía manejar la california en el torniquetero y un de repente me preguntó, así de sopetón, ¿andás noviando Antoñito? Ahí me tocó la llaga. Yo me dije: esta es mi oportunidad, pero hacía un ratito nomás usted me había estado contando, en confidencia, unos problemas que tenía con unos pagarés y la cosecha anterior que no había cobrado, que yo preferí no hablarle del asunto.

–Bueno, hablá, Antonio, desembuchá, me tenés intrigado.

–Es que no es fácil, don Roque, no es fácil. Pero usted me tiene que prometer que me va a escuchar, y si se enoja conmigo, no me vaya a querer matoniar, porque yo me voy a defender.

Porque ya hace diez años que trabajo con usted. Y es la única persona a quien le puedo contar lo que me pasa. Y además tengo la obligación de contárselo, por una gratitud que tengo con usted y con su familia.

Se lo tengo que decir, se lo tengo que decir y se lo tengo que decir yo. Pero a usted solo. Ni al cura pienso contarle.

–Está bien, decímelo de una vez, te escucho.

–Bueno, ahí va; se trata de doña Elvira, don Roque. Creo que estoy enamorado de ella. Cuando yo la veo me desespero, los ojos se me van pa'l lao' que está ella, y la sigo disimulao' pa' que no se dé cuenta.

–¡Pero es mi mujer! ¡Es la mujer de tu patrón! ¡Es tu patrona! ¿Cómo te vas a enamorar de mi señora? Habiendo tantas mujeres en el pueblo o en las cabañas vecinas, solteras, sin compromiso, de tu edad. Mi mujer y yo te llevamos diez años, ¿cómo me podés hacer una cosa así, Antonio?

Cuando vos llegaste recién salido de la conscripción a buscar trabajo, yo, sin conocerte, te hice un lugar en la cabaña. ¿Y me pagás con eso, Antonio?

–No se sulfure, patrón, yo le dije que el asunto es delicado. Yo maliciaba que usted se iba a encocorar. Pero no me grite, porque si algo tengo de hombre es un montón de coraje que junté para contarle mi desgracia.

–Y, decime, ella ¿te dio alguna esperanza, alguna mirada, una señal?

–¡No, señor! Yo sólo le miro las ancas, las ancas le miro, nunca me animo a mirarle los ojos, por respeto, ¿vio? Su mujer es como una santa para mí, por eso me gusta.

–¿Y, qué más le mirás?

–No, yo le miro las ancas nomás.

–¡Te tenés que ir de acá! Mañana mismo a primera hora, te arreglo la cuenta, te me cargás la cama y este ropero con luna que te regalamos con mi mujer y te me mandás a mudar donde nunca más te vea.

–¡No, patrón! Estoy viendo en sus ojos el rojo del odio que me tiene. Y usted también tiene un cuchillo igual que el mío, así que esto lo arreglamos a lo hombre, así, de frente.


Final. A los tres días, después de aquella fatídica noche, fue encontrado el cuerpo sin vida de Antonio. El equipo forense informó: el cadáver presenta varios cortes en los brazos y una profunda herida en la muñeca por la que –aseguran– se desangró. El cuchillo aprisionado en la mano todavía, la luna del ropero hecha trizas, con rastros de sangre. Y una botella de ginebra acostada en el piso de la pieza con un resto de bebida.




DUDAS Y ERRORES GRAMATICALES Y ORTOGRÁFICOS


Héctor Zabala ©


Algunos de estos errores no se entienden como tales para los casos de personajes de ficción cuando la idea de quien narra es hacerle "hablar" al personaje como lo haría alguien de un medio social de escasa cultura o entre gente que utiliza jergas. Es decir, los humildes consejos de esta sección pueden tener una doble finalidad: 1) que el autor se exprese bien como narrador; 2) que, a propósito, lo haga expresar mal a un determinado personaje a fin de hacerlo más creíble.


46) En el Diccionario de la Real Academia encontramos diversas acepciones de la palabra galocha. La que nos interesa para el caso es:

galocha. (Del prov. galocha o del fr. galoche). 1. f. Calzado de madera con refuerzos de hierro, usado en algunas provincias para andar por la nieve, por el lodo o por suelo muy mojado.

Muy bien, pero faltaría otra que humildemente proponemos desde estas páginas:

2. f. Arg. Zapato grande de goma u otra materia elástica en el que entra el pie calzado para protegerlo de la humedad y la lluvia. Chanclo.


47) Si usted es paciente y buena persona, no lo será menos si dice: "es con la bondad con lo que se corrige a los niños" o quizá mejor "es con la bondad como se corrige a los niños", en lugar del extraño "es con la bondad que se corrige a los niños".


48) Es cierto que no se sentirá peor si dice "voy al médico", pero procure que al menos su interlocutor se sienta un poco mejor cuando escuche de usted: "voy a lo del médico".


49) No diga "Rubén Darío ha escrito esa poesía en 1900", mejor dele un corte definitivo al asunto y diga simplemente "Rubén Darío escribió esa poesía en 1900", porque salvo hasta después del Juicio Final no creemos que este eximio nicaragüense tenga intenciones de modificarla.


50) En marzo de 2007, escuchamos por radio: "Federer perdió por culpa
de Cañas". Pero ¿acaso no era un partido de tenis en el que ambos debían de esforzarse en ganarle al otro? Entonces, ¿por qué la culpa?, ¿acaso Guillermo Cañas no tenía bastante con enfrentarse a uno de los mejores del mundo?, ¿encima debe ir al psicólogo cada vez que gana? Mejor imaginemos escuchar: "Federer perdió con Cañas" o "Federer perdió ante Cañas" o "Federer perdió contra
Cañas".





INFORMACIÓN DE CONCURSOS


II CERTAMEN INTERNACIONAL DE CUENTO

"JORGE LUIS BORGES – 2008" de la REVISTA SESAM

(por correo electrónico)


BASES


  1. Participantes: Personas de cualquier país y edad, a excepción del Equipo Editor de REVISTA SESAM, Coordinadores, Secretario de Plica y Jurados del presente Certamen.


  1. Idioma y certámenes anteriores: Las obras deberán enviarse exclusivamente por correo electrónico y en idioma castellano, sin importar si fueron premiadas en certámenes de otra institución o editadas. No podrá presentarse a concursar una obra que haya sido premiada o distinguida en una versión anterior de este certamen.


  1. Tema y cantidad de obras: Los temas serán de libre elección y cada participante podrá enviar solamente UNA OBRA.


  1. Sistema de envío de la obra y de la plica:
    1. La obra será enviada por correo electrónico mediante archivo adjunto a la dirección <revista_sesam_cuento2008@hotmail.com>.
    2. El nombre del archivo adjunto deberá estar conformado por el seudónimo del autor, un guión [-] y la palabra cuento (vgr. si el participante elige como seudónimo zorrogris, entonces su archivo se llamará: zorrogris-cuento.doc).
    3. En el mismo cuerpo o del texto del email en que se envía la obra, el participante escribirá su plica, según el artículo 6 de estas Bases.
    4. Si un mismo archivo adjunto comprendiera más de una obra, los Coordinadores tendrán derecho a considerarlas como una sola y quedarán sujetas a ser descalificadas si violentaran alguna otra norma de estas Bases (vgr. la extensión total).
    5. En caso de recibirse otra obra por parte de la misma persona, esta segunda obra se la descalificará aunque el concursante utilice un seudónimo distinto.
    6. No se admitirá modificación de ninguna obra recibida, salvo a solicitud expresa de los Coordinadores o del Secretario de Plica.


  2. Presentación de la obra:
    1. Tendrá un máximo TOTAL de cuarenta (40) líneas; incluidos su título, el seudónimo del autor, un eventual epígrafe y la narración completa.
    2. En la 1ª línea se escribirá el título de la obra.
    3. En la 2ª línea se escribirá el seudónimo del autor.
    4. De la 3ª a la 40ª línea, como máximo, se incluirá el texto de la obra.
    5. Si se opta por un epígrafe, éste se considerará como parte del texto y no autoriza a sobrepasar el límite máximo.
    6. En archivo adjunto y formato Word para PC (versión 2000 ó anterior).
    7. Letra Arial, cuerpo 12 y color negro.
    8. Interlínea simple.
    9. Alineación justificada.
    10. Márgenes laterales no inferiores a tres (3) centímetros.
    11. Fondo preferentemente verde claro.


  3. Datos obligatorios de la plica:

La plica se incluirá en el mismo cuerpo o texto del correo electrónico en que se envía la obra y comprenderá:

  1. Seudónimo del autor.
  2. Nombre y apellido del autor.
  3. Correo electrónico del autor.
  4. Nacionalidad del autor.
  5. Ciudad y país de residencia del autor.
  6. Título de la obra.

El Secretario de Plica está facultado para solicitar el envío de una nueva plica completa, en el caso de faltar alguno de estos datos. La renuencia de parte del participante en no enviar lo solicitado causará la descalificación de la obra y del autor para este Certamen.


  1. Finalistas, Premios y Distinciones:
    1. El Jurado, formado por escritores, elegirá hasta veinte (20) Finalistas; pero si el nivel de las obras lo justifica, tal límite puede variar.
    2. Se premiará con un Primer, un Segundo y un Tercer Premio a las tres (3) mejores obras, según criterio del Jurado.
    3. Además, podrá otorgarse un número variable de Menciones, de acuerdo a la calidad de las obras.
    4. Los Jurados se reservan el derecho de declarar desierto cualquier premio o distinción (e incluso declarar desierto todo o parte del Certamen) cuando la calidad de las obras no supere, a su criterio, cierta estética mínima.
    5. Se otorgarán diplomas electrónicos para Premios, Menciones y demás Finalistas.
    6. El Equipo Editor publicará las obras premiadas en REVISTA SESAM. Eventualmente también las distinguidas con mención o las finalistas. También se reserva el derecho de hacerlo en algún otro medio.


  2. Fecha de vencimiento del Certamen: La presentación de obras y plicas vencerá al concluir el día 30 de noviembre de 2008, hora de Buenos Aires. Toda obra que se presente después, quedará fuera de este certamen, salvo que los Coordinadores decidan una prórroga general antes de esa fecha.


  3. Obras y autores no identificados y plicas incompletas: También quedará fuera de este certamen toda obra que no pueda identificarse con una plica y toda obra con una plica cuyos datos no estén completos. Sin embargo, el Secretario de Plica tendrá facultades para solicitar que se perfeccione debidamente la plica incompleta o instar al participante a que la presente en caso de omisión. Esto es sin perjuicio del plazo establecido en el artículo anterior.


  4. Publicación de resultados: Los resultados del Certamen se publicarán en REVISTA SESAM una vez que los Jurados se expidan.


  5. Infracciones a las Bases de este Certamen: Cualquier infracción, omisión o violación de alguno de los puntos citados en estas Bases podrá ser motivo de descalificación de la obra y del autor involucrados.


  6. Difusión de las obras: La simple participación en este certamen da derecho al Equipo Editor de REVISTA SESAM a difundir cualquier obra recibida. Asimismo, el autor queda libre de publicarla por el medio que crea conveniente. En el caso de editarse antologías, las condiciones se difundirán oportunamente.


  1. Coordinadores, Secretario de Plica y Jurados:

El Secretario de Plica administrará la cuenta <revista_sesam_cuento2008@hotmail.com> y apenas recibido cada trabajo reenviará el archivo adjunto de la obra a los Coordinadores y Jurados de Preselección para su análisis, quienes le agregarán un número de orden. Una vez completada la selección de Finalistas, estas autoridades enviarán los trabajos seleccionados a los Jurados de la Final.

Toda dificultad u omisión en los correos recibidos deberá ser zanjada sin que Coordinadores ni Jurados conozcan los verdaderos nombres de los participantes.

Una vez dictado el veredicto final, el Secretario de Plica revelará los nombres de los finalistas, así como de los premiados y distinguidos con mención; también conservará los listados para futuras invitaciones.


  1. Autoridades del Certamen:

Coordinadores: Isabel Llorca y Héctor Zabala.

Secretario de Plica: Javier Romano.

Jurados de Preselección: Isabel Llorca y Agustín Romano.

Jurados de la Final: Elena Caricati de Pennella, María del Carmen Poyo Martínez y Héctor Zabala.


  1. Destrucción de archivos adjuntos: Finalizado el certamen, los Coordinadores quedarán facultados para borrar todos los archivos recibidos que no hayan logrado premio o mención, sin derecho a reclamo por parte de sus autores; por lo que se ruega a los participantes guardar debida copia de sus trabajos y gestionar el correspondiente registro intelectual.




I CERTAMEN INTERNACIONAL DE CUENTO

"JORGE LUIS BORGES – 2007" de la REVISTA SESAM

(por correo electrónico)


En el número anterior publicamos las obras correspondientes al primer, segundo y tercer premio de este certamen finalizado el año pasado. En esta oportunidad hacemos lo mismo con las cuatro Menciones.



LA PLAGA

de Silvana D'Antoni

(Hurlingham, Provincia de Buenos Aires, Argentina)

(Primera mención – Certamen Internacional J.L.Borges 2007 – REVISTA SESAM)


Clara entró en el departamento, encendió la luz y vomitó. No pudo esperar. Su estómago se torció en forma violenta y se contrajo con inestables movimientos gelatinosos. No había alcanzado siquiera a cerrar la puerta cuando más arcadas se hicieron escuchar desde su boca.

Clara intentó apurar el pasó pero su desconcierto se lo impidió. Avanzó horrorizada entre ellos, temiendo pisar la sangre, hasta que logró entrar en la cocina y enseguida llegó otro vómito. Los siete cuerpos estaban allí, tendidos a lo largo del pasillo, con las cabezas deformadas, como si una maza las hubiese aplastado.

Clara comenzó a gritar alocadamente. Gritó hasta que se le partió la garganta. Para entonces, algunos vecinos del edificio se habían asomado a los balcones y otros, más curiosos, estaban agolpados en la entrada. Los alaridos hicieron que el encargado del edificio también se acercara al departamento. El hombre pronto disipó a la gente y se quedó a solas con la mujer. Ahora, Clara se movía inestable, perturbada, ansiosa, como un hambriento animal salvaje. Un sabor ácido se había instalado en su boca y ella sintió una extraña dificultad al tragar saliva.

–¿Qué hizo, bestia? ¿Qué hizo? –y maldijo al encargado mientras golpeaba con sus puños la mesada de mármol.

–Yo... yo... –titubeó el hombre sin entender–. ¡Hice lo que usted me pidió! ¿Acaso no estaba harta de los bichos del edificio? –musitó cabizbajo.

–Cu... cuca... –alcanzó a decir Clara, y cayó desmayada sobre el mosaico frío.

El encargado caminó por el departamento buscando el teléfono y llamó a su mujer.

–Juana, bajame al segundo una bolsa de consorcio. ¡Sí, al segundo! –le dijo en forma quejosa.

Los siete gatos con cabezas aplastadas seguían allí, a sus pies. El hombre los observó en silencio. ¡No se había equivocado!, pensó. ¡No se había equivocado! ¿O tal vez sí?



ELIMINAR

de Claudia Apablaza

(chilena, reside en Barcelona, España)

(Segunda mención – Certamen Internacional J.L.Borges 2007 – REVISTA SESAM)


Estoy afuera del bar. Dejaré de escribir. Mi editor me dice que no lo haga aún. Pido una cerveza. Marco todo: Eliminar. Quiero estar sola. Hoy peleé con mi padre. Bebo. Dibujaré una cara. Dibujo la cara de mi padre y la rayo encima. No debo escribir cuentos de personas que viven y mueren y disfrutan o sufren. Eso no sucede. Olvidé qué es lo que sucede y qué es lo que no. ¿A qué hora llegaste? me dice mi editor. Se sienta frente a mí. No lo recuerdo. Escribiste un buen cuento. Lo sé. ¿Cuántos más crees que podrás escribir? ¿Cuántos necesitas? Seis más. Podemos sacar un libro de cuentos cortos. No me gustan los cuentos cortos. Cuentos breves. Ok. ¿Necesitas ideas? No. ¿Por qué no? Te dije que yo no necesito ideas. Vendrá un tipo a entrevistarte. ¿Qué quiere saber? Si eres real. No me interesa que los demás sepan si soy real. A mí sí. Eso no está en el contrato. Sí está. ¿Dónde? Punto seis. Quiero ir a casa. No te vayas, va a venir a entrevistarte. Dile que me escriba. No, te sacarán una foto. No quiero fotos. Debes cumplir. Quiero estar en silencio. Quédate quince minutos. Ok, pídeme un vodka, por favor. ¿Para qué? Tengo miedo. De qué. Recordé cuando mi madre casi muere. ¿De qué? No lo sé. Cómo no lo sabes. Ella lo ocultó. Caminaré. Espérate. ¿Qué vas a escribir ahora? Un cuento. ¿Puedo sugerirte algo? No. Escribe de tu madre. No. Escribe lo que sientes. No. Escribe que estuviste en silencio. No. ¿Quieres llorar? Dame un cigarrillo. No. Ven. No. Te odio. Cállate. ¿Tu madre sufrió? No sé. Silencio. Silencio. Cuéntame algo. No sé qué contarte. De ti. ¿Leíste a la Homes? Sí. ¿Cuál? Cosas que debes saber. Ahí viene. Dile que no estoy. Dile que no me has visto. Hola, lo siento, no la he visto. Asiento. Gracias.

Pensé que vendría. No pudo. Ella es Marieta, una amiga. Sofía me llamó recién y dice que tal vez va a llegar. No puedo esperarla, tengo otra entrevista.

Menos mal se fue. ¿Por qué lo invitaste? No fui yo. Me defraudaste. No. No te creo. Silencio. ¿Vas a llorar? No lo sé. No llores. ¿Podemos ir a la cama? Hoy no. ¿Por qué? Quiero estar sola. Siempre quieres estar sola. Lo sé. Es mi problema. Es un problema. Lo sé. Nunca necesitas a nadie. ¡No me lastimes! Me aburrieron las conversaciones inútiles. En los cuentos sucede lo que uno quiere. Estoy sola. Marco todo: Eliminar.



CARACOLES

de Gloria Viviana Echeverría

(Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, Argentina)

(Tercera mención – Certamen Internacional J.L.Borges 2007 – REVISTA SESAM)


Nervioso estaba, nervioso. Nunca había conseguido un buen trabajo. Nunca aguantó a un jefe. Meses sin trabajar, hasta que algún amigo le ofrecía atenderle el quiosco. Demasiado trabajo un quiosco. Dos meses. Llegaba tarde, se quedaba dormido, hasta que perdía el trabajo y el amigo. Meses sin trabajar. Un vecino le ofrecía otra cosa. Fallida también.

Créditos para microemprendimientos. Le salía seguro el crédito, gracias al contacto con Menditegui, pero tenía que apurarse a decidir qué hacía. Criadero de hongos. No, tenía que hacer algún curso. Chinchillas le ofrecieron. ¿Qué sabía de chinchillas? Mucho trabajo. Ni de restaurantes, muy esclavo, trabajar sábado y domingo, no se quería complicar la vida.

El año anterior había hecho el curso de caracoles, eso sí, en la escuela de jardinería de la municipalidad. Las hizo en el fondo de su casa, y Estela le había prestado para comprar los primeros caracoles, no eran los comunes, eran más gordos. Ya le iba a devolver la plata alguna vez.. Pero había que formar cooperativas, no tenía ganas. Los caracoles se le habían escapado. Ahora andaban salvajes comiéndose las pocas plantas que le quedaban en el fondo. Un yuyal el fondo. Un día de estos me levanto y lo limpio. Seguro encuentro a los bichos. ¡Una granja educativa de caracoles! Le gustó la idea. En el fondo de su casa. No depender de nadie. Traer a los jubilados con micros, a los chicos de las escuelas. Desarrollar productos con caracol, que tienen todas las propiedades, proteínas, todo eso, y si no, las invento. Harina de caracol moliendo la caparazón, para hacer tortas, baba de caracol, que sirve para todo, la calvicie, el acné, la diarrea, los juanetes, las caries, los golondrinos, la gota, las arrugas. Hay que comprar un exprimidor y listo.

Ampliar, hacer un shopping. Vender jugo de caracol, huevos de caracol, mermelada de caracol, crema de caracol, jabón de caracol, velas, milanesas de caracol, arrollados.... Ahora sí se iba para arriba. Ahora hay que hacerlo, antes de que se aviven y pongan miles, como pasó con los video clubes.

El trámite es cansador, hay que levantarse temprano, hacer la cola... ver a Menditegui otra vez.

No sé, mucho trabajo...



LA BODA

de Claudia Adriana Cichero

(General San Martín, Provincia de Buenos Aires, Argentina)

(Cuarta mención – Certamen Internacional J.L.Borges 2007 – REVISTA SESAM)


Está sentado entre los restos de una pared derribada. Enfrente, en la vereda del Registro Civil, reina la alegría. Ella, pelo negro brillante y larguísimo, ojos grandes, cuando los tacos le juegan una mala pasada se apoya en él; alto, ancho de hombros, la recién afeitada piel, la sonrisa amplia, tan distinto de quien observa con la cara oculta tras una pelambrera espesa y los dientes amarillos apretados. "Es injusto ¿por qué no yo?". Vuelve a recordar esa canción de Los Beatles. Flashes, risas, poses. Los dedos se introducen en el bolsillo interno del saco raído y mugriento y tocan el metal. Una mueca que alguien quizá calificaría de sonrisa. Comienzan a irse todos: los novios, los suegros, los amigos, las tías viejas, el fotógrafo, sin pensar ni un instante en la tristeza. Se pone de pie, corre, otra vez la mano toca el metal y lo acaricia. Aún no ha arrancado el auto de los recién casados cuando con su cuchara comienza a introducir precipitadamente en una bolsa de plástico el arroz derramado en la vereda.




Concurso Literario Nacional 2008 "Prof. Julio Arístides"

Comisión de Cultura de la Casa y Mutual Universitaria

de General San Martín


Se convoca a todos los escritores de habla hispana residentes en la Argentina para participar en este Concurso de Poesía, de acuerdo con las siguientes bases:

Primero: El Premio Nacional de Poesía Prof. Julio Arístides será otorgado a las tres mejores poesías inéditas. Se aceptarán hasta dos poemas inéditos por concursante, y deberán tener un máximo de treinta versos cada uno.

Segundo: Los originales, escritos en español, deberán ser firmados con seudónimo. En sobre aparte, cerrado, se consignará: nombre, documento de identidad y domicilio del participante. En la parte exterior del sobre, sólo se escribirá el seudónimo. Estas normas deberán cumplirse estrictamente.

Tercero: El plazo de admisión comenzará el 3 de abril de 2008 y
vencerá el 15 de septiembre de 2008
.

Cuarto: Se enviarán cuatro ejemplares del trabajo, escritos a máquina o en computadora, en una sola cara del papel, tamaño A4.

Quinto: Los trabajos y el sobre cerrado deberán enviarse a la siguiente dirección:

Comisión de Cultura de la Casa y Mutual Universitaria de Gral. San Martín

Concurso Literario Nacional 2008 "Prof. Julio Arístides"

Calle 79 (Ayacucho) 2361

(CP 1651) Gral. San Martín - Provincia de Buenos Aires.


PREMIOS

1. Primer Premio "Casa Universitaria": $ 500, diploma y publicación *.

2. Segundo Premio "Comisión de Cultura": diploma y publicación *.

3. Tercer Premio "Comisión de Cultura": diploma y publicación *.

4. Menciones Cuarta a Décima : diplomas.

Los trabajos no seleccionados serán destruidos.


* Incluye la publicación en la revista Ser en la Cultura.


Dra. Diana Cúccaro (Secretaria) - Prof. Pina Poggi (Presidente)




XV Concurso de Cuento y Poesía "Leopoldo Marechal" – Año 2008

Dirección de Arte y Cultura del Municipio de Morón

Área Letras – Biblioteca Municipal "Domingo F- Sarmiento"

Géneros: Cuento y Poesía


Las BASES de este concurso se encuentran en:

http://eldigorastitulares.blogspot.com/2008/07/xv-concurso-de-cuento-y-poesa-leopoldo.html, o bien en:

http://www.moron.gov.ar/arteycultura/descarga/concurso_marechal_2008.pdf.

Vence el 15 de septiembre de 2008.




HONORARTE

Certamen Internacional "Letras de Oro" – Año 2008

Géneros: Cuento y Poesía


Las BASES de este certamen se encuentran en la página http://www.honorarte.com.ar/bases2008.htm. Vence el 30 de septiembre de 2008.




OTROS CERTÁMENES LITERARIOS


Quienes deseen participar en certámenes literarios, las páginas

http://www.ciudaddearena.org

http://www.guiaconcursosliterarios.com

ofrecen una amplia información sobre bases y condiciones de concursos en España, Argentina y demás países hispanoamericanos.




NOVEDADES INSTITUCIONALES


LA NOCHE DE LA CULTURA DE LA SESAM

Sábado 27 de septiembre a partir de las 19,30 horas y hasta que las velas no ardan. Se convoca a realizadores y receptores de toda manifestación literaria y artística en la Biblioteca Popular Diego Pombo, La Crujía 3357 (La Crujía y Ayacucho), San Andrés, Partido de General San Martín, Provincia de Buenos Aires. Habrá rondas de lecturas no programadas, exposiciones de escultura, pintura, fotografía y artesanías. También podrán participar conjuntos musicales, cantantes, bailarines, actores, etc. Consultas al 4571-1761.


CAFÉ LITERARIO SESAM

A partir de octubre 2008, el tercer sábado de cada mes a las 18 en CAMED, Dr. Ramón Carrillo 2476, planta baja, ciudad de General San Martín, Provincia de Buenos Aires.


REUNIONES DE COMISIÓN DIRECTIVA DE LA SESAM

Segundo y cuarto sábado de cada mes a las 10:30 horas en CAMED, Dr. Ramón Carrillo 2476, 1er piso, ciudad de General San Martín, Provincia de Buenos Aires.




ENLACES


Los enlaces a PÁGINAS WEB LITERARIAS pueden verse en http://www.lacoctelera.com/revista-sesam/ o en nuestra página de anuncios culturales: http://www.lacoctelera.com/sesam-anuncios/



INFORMACIÓN DE ENTIDADES AMIGAS


Buenos Aires Jaque Press, en inglés y español:

http://jaquematepress.blogia.com/ Director: Alfred Hopkins.


Colectivo Artístico Morelia (México)

Jose Luis Rodriguez Avalos <colectivoartisticomorelia@yahoo.com>


Palabras del Uruguay invita a los escritores del mundo entero a sumarse a su nueva sección Escritores Hermanos. Los requisitos están disponibles en: http://www.palabrasdeluruguay.com/requisitos.htm


Revista Archivos del Sur

Revista digital de cultura, desde Buenos Aires, Argentina

Directora: Araceli Otamendi <revista.archivosdelsur@googlemail.com>


Revista virtual LA POLLERA (la única revista cultural ciudadana), Santiago de Chile. http://www.lapollera.cl/ o al contacto: contacto@lapollera.cl


SADE - Escobar: http://www.sadescobar.blogspot.com/ Aída Holtz: http://www.aidaholtz.blogspot.com/




PROGRAMAS DE RADIO


La Ciudad Desnuda

www.losangelesradio.com.ar

Director: Jorge Sirvent


El Descubrimiento

por FM 88.7 La Tribu on line por www.fmlatribu.com, los domingos de 20:00 a 200.

Un espacio para conocer teatro, poesía, cine, literatura, artes visuales, música.

Conducción: Patricia Díaz Bialet, Jorge Dubatti y Juano Villafañe


El hilo y el laberinto

Un espacio para no perderse

y transitar por la literatura, la filosofía, la historia, las artes y las ciencias.

AM Tradición 1580, los domingos de 14 a 15. Teléfonos: 4754-8784; 4713-2517.

Conducción: Agustín Romano e Isabel Llorca.

Columnista de ajedrez: Gabriel Romano.


El tango entre vos y yo

www.radiolu14.com.ar (jueves a las 100)

Conducción: Ángela María Celia Di Massimo


Te doy una canción

por 88FM (88.7 MHz), los martes de 20:00 a 200.

Conducción: Daniel Vaccaro




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Agradecemos las felicitaciones y afectuosas palabras por la REVISTA SESAM de parte de muchísimos suscriptores, así como los ofrecimientos por difundirla.